Expansión ha organizado un debate dedicado a MiFID II en el Encuentro de Asesores Financieros, el miércoles 13 de junio en Madrid, para poner en común los principales cambios que ha traído la directiva tras cinco meses de aplicación. La jornada, dirigida principalmente al asesor financiero, estuvo estructurada por distintas mesas de debate, la tercera concentró su atención en la normativa europea.
Fernando Zunzunegui, Socio fundador de Zunzunegui Abogados y Coordinador de Regulación de EFPA, ha participado en el debate junto a Carlos García Ciriza, presidente de ASEAFI, y Beatriz Alejandro, directora del Instituto BME; bajo la moderación de Sara Gutiérrez, socia de Financial Reg360. La diferenciación entre asesoramiento independiente y no independiente, las obligaciones de transparencia y la formación financiera del personal que informa o asesora, han sido algunos de los temas tratados durante el debate.
En primer lugar, los tres ponentes han puesto en evidencia el largo camino que todavía queda por recorrer para la plena aplicación de MiFID II en nuestro país. A pesar de su entrada en vigor cinco meses atrás, todos ellos coinciden en que todos los cambios de la normativa no serán realmente visibles hasta enero de 2019. A pesar de ello, Fernando Zunzunegui afirma que ya se están produciendo algunos cambios; principalmente aquellos relacionados con la organización interna de las instituciones, el control de incentivos y el reforzamiento de la transparencia: “Nos movemos de un modelo de venta a un modelo de servicios”.
Carlos García Ciriza y Beatriz Alejandro comparten que MiFID II supone una oportunidad para avanzar en el servicio del asesoramiento financiero ya que introduce una transformación evidente. Mientras que el asesoramiento no independiente gana versatilidad, los clientes de banca minorista pueden verse afectados si se produce un «advisor gap» como ocurrió en Reino Unido tras prohibir los incentivos. El modelo de asesoramiento no independiente permite seguir cobrando retrocesiones siempre y cuando, como bien apunta Zunzunegui, “se ofrezca al cliente un servicio de valor añadido”; haciendo referencia a un servicio de asesoramiento cuyo coste “no es percibido en la actualidad”.
En este sentido, con MiFID II, el cliente será más consciente del coste del servicio del asesoramiento financiero. Como recuerda Carlos García “con la transposición será necesario justificar todos los costes” e informar al cliente de todos ellos de manera explícita. Si bien Beatriz García puntualiza que es necesario “cambiar la mentalidad del cliente” ya que el cliente no percibe dicho coste y no está acostumbrado a pagar por él.
Para poder prestar ese servicio de asesoramiento, es fundamental tener en cuenta la formación del asesor financiero, el debate ha puesto de relieve la importancia de los cambios que ha introducido MiFID II en esta materia. “Incorporar la formación continua es un gran avance ya que el mercado cambia constantemente” afirma Beatriz Alejandro, en esa formación continua se tienen que actualizar todos los temas regulatorios y fiscales que van cambiando y tratar las últimas novedades.
Fernando Zunzunegui coincide con Beatriz Alejandro y considera que el proceso de formación es un asunto fundamental. Además, matiza que “después de la formación siempre tiene que existir un proceso independiente de evaluación”, con el fin de que todo asesor esté formado y acreditado adecuadamente. En la mencionada actualización de la formación continua, las nuevas tecnologías suelen ser un tema recurrente y, siguiendo a Zunzunegui, ya hay un modelo anglosajón revisado pues la FCA (Financial Conduct Authority) ha analizado el mercado de robo-advisor con un informe crítico por el desconocimiento de los clientes del servicio que contratan, la falta de información sobre el precio del servicio y la incorrecta evaluación del perfil del cliente. Zunzunegui también recuerda la implementación del sandbox, un campo de pruebas que no debe crear privilegios ni interferir en el mercado seleccionado los operadores.
En esta línea, todos los ponentes están de acuerdo en que MiFID II no supone un freno en la innovación tecnológica. Para Carlos García: “el sector del asesoramiento financiero necesita tecnología y también necesita cumplir con la regulación”, en este sentido, la tecnología “es una oportunidad” para mejorar, entre otras cosas, el reporte a la CNMV y al propio cliente. Beatriz García también destaca ciertas ventajas del uso de la tecnología, como abaratar sobrecostes o facilitar a clientes minoristas el acceso al servicio de asesoramiento.
El debate, por tanto, ha destacado el cambio que introduce MiFID II con las exigencias de formación del asesor financiero y el papel que en a actualidad juegan las nuevas tecnologías. Así como la mejora de la transparencia en la clarificación de todos los costes, y el valor añadido que aporta el servicio de asesoramiento financiero, que conlleva hacer explícito su precio que en la actualidad muchos clientes no están dispuestos a pagar. Por el momento, todavía habrá que esperar un poco más para ver todos los cambios que MiFID II promete.
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