La normativa europea sobre mercados e instrumentos financieros MiFID II ha vuelto a ser objeto de debate en el Encuentro de Banca privada y gestión de patrimonios celebrado hoy, martes 4 de diciembre, por Expansión en la Bolsa de Madrid. Tras la entrada en vigor de la normativa en enero de 2018, se han producido cambios graduales en el mercado. En la primera mesa del encuentro, expertos del sector han puesto de relieve las principales novedades de MiFID II y la evolución del mercado tras la aprobación de la normativa. La transparencia y la formación de los empleados han sido los puntos más comentados durante el debate.

En esta mesa han participado como ponentes Carlos García Ciriza, presidente de ESEAFI; Alicia Yagüe, Directora de Legal y Cumplimiento Normativo de A&G Banca Privada; David Espeja, Director Unidad Banca Privada de Banca March; Fernando Zunzunegui, Coordinador de Regulación de EFPA España; y Jesús Mardomingo, Director del Máster Acceso Abogacía de IEB. Por su lado, Josep Soler, Consejero de EFPA Europa, ha moderado el debate.

MiFID II Encuentro Banca Privada MiFID II sienta las bases para mejorar la relación con el cliente
[De izquierda a derecha] Josep Soler, Jesús Mardomingo, Fernando Zunzunegui, David Espeja, Alicia Yagüe y David García Ciriza

En general, todos los ponentes han mostrado una cara amable y positiva de la normativa, a excepción de Carlos García Ciriza quien ha sido más crítico: “Se ha perdido una oportunidad de oro, se ha hecho algo, pero es insuficiente”, afirma. García Ciriza alude al hecho de que, tras MiFID II, la mayoría de EAFIS se han declarado como no independientes.

Sin embargo, todos han coincidido en que MiFID II aporta indudablemente mejoras en la transparencia. Al respecto y como comenta Alicia Yagüe, “el cliente tiene más información financiera gracias a las medidas de transparencia, tenemos un cliente más exigente gracias a MiFID II.” En este sentido, MiFID II aumenta la protección del consumidor financiero, como menciona David Espeja, por tres puntos principales: “evitar conflictos de interés, transparencia de costes y la profesionalización de los equipos que deben tener la acreditación necesaria.”

Fernando Zunzunegui también coincide en el incremento de la protección del cliente: “MiFID II da seguridad jurídica, mejora la transparencia y establece las bases para una mejor relación con el cliente” y recuerda que “es la formación de los empleados lo que está permitiendo un mejor diálogo con los clientes.” Por su lado, Jesús Mardomingo destaca que “ahora lo fundamental es que se está prestando un servicio”, de vender productos se ha pasado a prestar servicios, añadiendo además que “aunque siguen existiendo incertidumbres, los supervisores están cada vez más implicados”. La normativa pone el foco en el cliente y da mayor valor al servicio por encima de la venta. Establece un orden y un control.

Alicia Yagüe: «Tenemos un cliente más exigente gracias a MiFID II»

En esta línea, Alicia Yagüe comenta: “MiFID II nos ha obligado a las entidades a demostrar que ya aportábamos un valor dando un servicio de asesoramiento, pero, además, ahora se muestra y se ordena”. Como punto negativo de la normativa, Carlos García Ciriza critica la diferenciación que MiFID II establece entre asesoramiento independiente y no independiente, pudiendo ser confusa.

Por otro lado, Fernando Zunzunegui comenta una novedad de la normativa que ha pasado desapercibida hasta que fue puesta de relieve por Gloria Hernández, y es que “MiFID II ofrece la posibilidad de que un asesor o receptor de órdenes puedan funcionar al margen de la normativa del mercado de valores sin necesidad de contar con la autorización de la CNMV”. Esta medida abre las puertas a que los asesores de menor tamaño puedan operar, lo cual puede facilitar el acceso del consumidor a los servicios de asesoramiento. En opinión de este experto, el desarrollo reglamentario de esta exclusión debería mantener las exigencias de cualificación que rigen para los demás asesores.

Formación de los empleados

Acorde con los ponentes, la formación de los empleados constituye un punto fundamental de MiFID II. David Espeja recuerda que ahora “las personas que se sientan con el cliente tienen una formación real”. Dicha formación debe ser acreditada y, como comenta Jesús Mardomingo, es organizada a través de criterios establecidos por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)

Como recuerda Zunzunegui, EFPA realizó para ESMA un estudio de la implementación de las normativas de cualificación en los diversos Estados miembros, concluyendo que los países anglosajones cuentan con fuertes exigencias en cuanto a la formación de los empleados, junto a Holanda y en parte Francia. De esta forma, España se encontraría en un terreno intermedio, a pesar de contar con una buena guía técnica de la CNMV, por haberse aplicado con cierta flexibilidad, en particular relación con la formación continua.

En conclusión, aunque existan puntos de mejora, MiFID II establece un entorno más regulado, controlado y transparente que busca la protección del consumidor financiero y pone en valor el modelo de servicios sobre el modelo de ventas.

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