Extracto vía Inversión&Finanzas, por Cristina Casillas
Hace unos días, el exministro socialista Josep Borrell reveló que había sufrido una estafa por 150.000 euros a través de una falsa plataforma de ‘trading online’: Consortfx.Com. Esta compañía ya fue señalada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en mayo por operar sin estar registrada, lo que se conoce como un chiringuito financiero.
Para evitar que nos estafen, la CNMV ha publicado una guía acerca de cómo actúan estas compañías y poder así identificarlas fácilmente. En primer lugar, el organismo regulador advierte de que «captan a sus víctimas haciéndoles creer que están realizando una inversión de alta rentabilidad» lo que les permite apropiarse de sus ahorros. En ese sentido, el regulador reitera que solo son seguras las entidades que están registradas tanto en la propia CNMV como en el Banco de España y que «han obtenido del supervisor competente una autorización para prestar servicios de inversión». (…)
Cómo actúan
Fernando Zunzunegui, abogado especializado en regulación financiera, reitera que «con la generalización de Internet cada vez son más frecuentes los chiringuitos que operan por correo electrónico y a través de páginas web».
Si una primera fase es la de contacto, la siguiente fase sería la de persuasión. En este apartado, la CNMV enumera las distintas estrategias que llevan a cabo para lograr la adhesión por parte del inversor: «En primer lugar predicciones acertadas, una táctica que llevan realizando años y que consiste en llamar a un grupo asegurando subidas de un valor y a otro grupo bajadas. En los días siguientes se repite el procedimiento, pero solo a los que se realizó la predicción acertada: un grupo de clientes se habrán convencido del buen hacer de la empresa». (…)
Cómo protegerse
Evitar caer en las redes de estas compañías fraudulentas está al alcance de todos. En primer lugar, la CNMV aconseja «pedir información al organismo supervisor». En cuanto a la operativa a la hora de contratar el servicio hay ciertas señales que nos harían saltar las alarmas de «peligro» como exigir el ingreso en una cuenta corriente (a veces en el extranjero) a nombre de una sociedad no española. Ofrecer productos financieros complejos en mercados extranjeros y la falta de información a raíz de las preguntas del inversor. (…)
Ante una llamada o contacto de estas características, Zunzunegui advierte que hay que sospechar si son ambiguos cuando se les pide información sobre su domicilio, los nombres de los directivos de la empresa o la autoridad financiera en la que puedan estar registrados». Por eso, aconseja «no dar la cuenta corriente ni la orden de pago sin tener información escrito del producto y datos sobre el registro de la entidad en una autoridad financiera». (…)
Pero si ya ha «picado» poco se puede hacer como recuerda Zunzunegui: «Solo queda denunciar los hechos para que la policía investigue. Los chiringuitos suelen ser defraudadores recurrentes. No suelen dejar rastro y es difícil localizar a algún responsable con bienes suficientes para hacer frente a los perjuicios causados».