Publicado por EFPA
Actualidad Regulatoria – June 12,2020
Las finanzas sostenibles se han convertido en una cuestión prioritaria en la Unión Europea. Con la aprobación del ‘Plan de Acción: financiación del desarrollo sostenible’ a comienzos de 2018, las instituciones europeas confirieron una importancia estratégica a la transición hacia una economía sostenible, potenciando así el papel de las finanzas para alcanzar los objetivos ambientales y sociales previstos en la Agenda 2030. Los tres componentes ESG ‒ambiental, social y de gobernanza‒, son partes integrales del desarrollo económico sostenible anunciado por la Unión Europea.
A pesar de la falta de evidencia sobre los rendimientos de las estrategias de inversión sostenible, estos principios ambientales, sociales y de gobierno corporativo son cada vez más importantes para los prestatarios e inversores. Las finanzas sostenibles comportan un compromiso a largo plazo en el que los participantes en el mercado buscan encontrar una combinación adecuada entre los aspectos financieros y los factores de gobernanza, responsabilidad social y objetivos ambientales.
Marco regulatorio
Los bancos centrales y los reguladores financieros de todo el mundo ya están integrando los riesgos climáticos y los factores ESG en sus mandatos regulatorios. Ante ellos se dibuja el difícil reto de equilibrar la sostenibilidad con otros objetivos como la estabilidad financiera, su política monetaria y la protección del consumidor.
En este sentido, en diciembre de 2019, se publicó el Reglamento (UE) sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros, mediante el cual se establecen normas de transparencia a aplicar por los participantes en el mercado y los asesores financieros para la integración de los riesgos de sostenibilidad en los procesos de toma de decisiones de inversión y en la prestación de asesoramiento. Y, más recientemente, el Consejo de la UE ha aprobado la propuesta del reglamento de taxonomía para establecer un sistema de clasificación para determinar qué actividades económicas son sostenibles y en qué grado.
En la misma línea, las autoridades europeas de supervisión (ESA) también han desarrollado iniciativas en el marco de las finanzas sostenibles. ESMA publicó en febrero de 2020 su Estrategia sobre Finanzas Sostenibles y, hasta septiembre, permanece abierta su consulta conjunta con las demás autoridades europeas acerca de los requisitos de divulgación de los factores ESG.
Sector financiero
Alcanzar los objetivos acordados en el plan de acción y en la estrategia European Green Deal de la Comisión conllevarán un importante esfuerzo del sector financiero. Además de la movilización de una ingente cantidad recursos, la industria deberá reorientar sus políticas de inversión para tener en cuenta estos nuevos factores.
En este sentido, las finanzas juegan un papel estratégico en diferentes niveles. Por un lado, los bancos contribuyen a la sostenibilidad definiendo su negocio de préstamos respecto a criterios ESG como qué sectores y actividades son menos dañinas, cuál es su impacto adverso o su huella de carbono, etc. Del mismo modo, los fondos de inversión deben integrar estos elementos de sostenibilidad en sus estrategias de inversión, incidiendo en las decisiones sobre los activos en qué invierte el fondo. En el caso del sector del seguro, al igual que la mejora en los niveles de salud y esperanza de vida inciden en el diseño de los productos de vida, las aseguradoras deben integrar los factores ESG en el diseño de sus productos y en las coberturas frente a activos y proyectos que supongan una alta exposición a riesgos asociados al cambio climático.
El sector financiero puede jugar y debe jugar un papel de liderazgo en la transición hacia una economía sostenible mediante la orientación de la financiación hacia empresas y proyectos sostenibles.
El papel de los asesores financieros
El advenimiento de las finanzas sostenibles también está suponiendo un reto para los asesores financieros. El nuevo marco para el desarrollo sostenible no sólo incluye obligaciones de información pre y postcontractual sobre el impacto de una inversión en relación con los factores ESG. A la hora de prestar servicios de asesoramiento financiero se deberán observar los nuevos estándares para incorporar las preferencias ESG de los clientes a las evaluaciones de conveniencia e idoneidad. Para evaluar y asesorar sobre opciones de inversión, los asesores financieros y los participantes en los mercados deberán tener en cuenta, además de los indicadores clásicos de riesgo, rentabilidad y liquidez, los factores ambientales, sociales y de gobierno.
Al marco normativo del asesoramiento establecido con la entrada en vigor de MiFID II y, más recientemente, de la IDD, resulta ahora imprescindible incorporar las normas de divulgación, ponderación de los riesgos climáticos y otros elementos de sostenibilidad con el fin de que las recomendaciones de inversión se ajusten a los nuevos factores ambientales, sociales y de gobernanza. En definitiva, los asesores juegan un papel esencial en la difícil tarea de garantizar transparencia sobre los productos de inversión responsable, transmitiendo claridad acerca de los criterios ESG. Deben cumplir la función de guía en la senda hacia las finanzas sostenibles.
Zunzunegui Abogados, coordinadores de Regulación de EFPA España.
