Por Fernando Rodríguez

Fintech sandbox 1024x938 Sólo 5 países comunitarios han utilizado el `sandbox´  que se pretende implantar en España

Los espacios abiertos y flexibles –“Innovation Hub”- ganan por goleada a los corralitos regulatorios –“Regulatory Sandbox”- en cuanto al modelo de promover la innovación financiera que han emprendido los 25 países comunitarios que analiza el informe “Fintech: regulatory sandboxes and innovation hubs”, editado por la European Securities and Markets Authority (ESMA), la European Banking Authority (EBA) y la European Insurance and Occupational Pensions Authority (EIOPA).

Según este informe, España se sitúa en el exclusivo grupo que ha apostado por el sistema de sandbox. A excepción de Reino Unido y Dinamarca, que disfrutan de una cultura financiera muy desarrollada, España se ha incardinado en un colectivo de países que carecen de ella, como Hungria, Lituania, Holanda y Polonia.

El sandbox es un mecanismo que surge en el Reino Unido y se extiende por el mundo anglosajón y algunos países emergentes. En ordenamientos continentales, en los que las autoridades financieras tienen una cultura distinta, Sandbox puede ser un fracaso. Es un tren al que no debemos subirnos”, señala Fernando Zunzunegui, profesor de Derecho Financiero de la Universidad Carlos III de Madrid. “Los supervisores deben proteger al inversor y ofrecer seguridad jurídica a la industria y sandBox no hace ni lo uno ni lo otro. Fintech necesita seguridad jurídica. La ley es certeza. No es un laboratorio. Convertir a los consumidores en conejillos de indias de bancos de prueba no es una buena solución”, añade este experto.

Como es sabido, el pasado mes de julio de 2018 se sometió a audiencia pública por parte del Ministerio de Economía y Empresa el anteproyecto de Ley de Medidas para la Transformación Digital del Sistema Financiero, que establece los límites de un futuro sandbox regulatorio. 

La banca y las asociaciones que representan a la mayoría de las empresas fintech parecen contentos con la solución elegida para España. “Sin duda, la iniciativa sería positiva para el ecosistema ‘fintech’ español y favorecería la innovación y la retención y atracción de talento en el mercado español, ahora que otros mercados, como por ejemplo Lituania, están gozando de gran atractivo para este tipo de actividades emprendedoras”, ha señalado Francisco J. Ramírez Arbués. Socio de Regulación & Cumplimiento de Deloitte Legal, recogiendo la opinión de esa corriente de opinión.

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