Una de las consecuencias más inmediatas de la crisis financiera de 2008 fue la de responder a la necesidad de mayor gobernanza en la regulación del mercado de valores. Para contestar a esta cuestión, la Unión Europea aprobó la Directiva 2014/65/UE, relativa a los mercados de instrumentos financieros (MiFID II), que tiene el objetivo de aumentar la transparencia y la protección del inversor. Su aplicación es de obligado cumplimiento a partir de enero de 2018. Pero, ¿cómo recibirá la banca esta directiva? ¿Qué implicación tendrán los asesores financieros y demás actores con la llegada de MiFID II? Para tratar estas cuestiones, Chartered Institute for Securities and Investment (CISI) ha reunido a profesionales de destacada experiencia–abogados, profesores universitarios, personal técnico, EAFIs y directivos del sector bancario- en un seminario celebrado el 21 de abril en el Ateneo de Madrid.
En el primer panel, referente a la regulación financiera internacional, intervino el presidente de Adicae, Manuel Pardos, el exdirector de la bolsa de París, Francisco Álvarez y el profesor universitario de Derecho del Mercado Financiero y abogado Fernando Zunzunegui. “MiFID II es la respuesta de la Unión Europea a la crisis. Pero su apuesta es la continuidad”, resumió Zunzunegui, quien hizo referencia al contexto español, donde el principal regulador, la CNMV, a pesar de detectar las infracciones, es incapaz de castigar por ello, algo que ya ha denunciado el Defensor del Pueblo: “No faltan normas, falta disciplina en el mercado. Hay normas, se supervisan y se detectan incumplimientos, pero no se sancionan”. Así lo destaca la Autoridad Europea de Valores, ESMA, en concreto en relación con la CNMV en su informe de 7 de abril de 2016 (2016/ESMA/584). Los tres ponentes se preguntaron si la excesiva información, que calificaron de “farragosa”, solucionaran los problemas actuales.
Es necesario recordar que MiFID II es el código del mercado de valores de la Unión Europea que regula los sistemas de negociación, la información al mercado y la protección del inversor. En este código hay una “gran novedad”, en palabras de Zunzunegui, que son las exigencias de formación del personal de las entidades que se relaciona con los clientes y la que prohíbe los incentivos a asesores independientes y gestores de carteras. El profesor sostuvo en su intervención que esto “va a suponer un cambio de modelo”, y entró de lleno en la necesidad de impulsar un cambio de cultura bancaria. El problema, a su juicio, radica en este cambio de cultura. Reclamó situar en primer lugar el interés del cliente. “Es indispensable que los empleados formados como comerciales pasen a recibir una formación como prestadores de servicios. Es un complemento para recuperar la confianza en la banca el que se cualifique y se certifique, lo que va a ser obligatorio a partir del 3 de enero de 2018”, destacó.
Por su parte, Álvarez se preguntó si en un futuro no existirá MiFID III ante la duda de que todos los países miembros logren una unión en la aplicación de la II Directiva. “La implantación de la MiFID II presenta ya problemas, porque Europa pretende uniformidad. Pero lo mismo que ha ocurrido con la primera, puede pasar con MiFID II. Algunos países harán retoques y esa uniformidad que se busca es posible que Europa no la alcance. El presidente de Adicae aseveró “que la MiFID II tiene una importancia vital en España porque se han vendido productos a una masa inmensa de ahorradores por parte de empleados no formados en la materia de productos complejos. En la formación tiene que haber un aspecto ético de los vendedores, puesto que están jugando con los ahorros de millones de personas”. Pardos apremió a cambiar la cultura del “vender, vender y vender” para sustituirlo por un sistema donde impere la ética y el interés del cliente.
Formación financiera
El segundo panel trató sobre la formación financiera y los distintos actores –EAFIs, asesores independientes, personal bancario o internet- que pueden ofrecerla. Se habló de las nuevas oportunidades pero también de las amenazas o “ruido” que puede provocar asesorarse por internet sin recurrir a un experto. Lo inauguró Jesús López Zaballos, director de la Fundación de Estudios Financieros (FEF), quien intentó descriminalizar a la banca sin restar responsabilidad en su actuación durante la comercialización de productos financieros. “Yo no estoy de acuerdo en que la banca lo haya hecho mal en todo. Hay que poner en valor a los asesores financieros. Yo le pediría a la CNMV igualdad en la competencia. Que lo que a mí me exigen para ser EAFI sea similar a lo que se pide a la banca”. Zaballos reclamó que la “ética y la integridad” esté presente, pero de una forma práctica. Para ello puso un ejemplo: se debe saber si uno está cometiendo un conflicto de interés.
Desde Caixabank, Silvia Ciurana, contó su propia experiencia en el desarrollo de un plan de formación de asesoramiento financiero online, aunque dio especial importancia a los actores externo que evalúan a sus empleados. “Las notas no las ponemos nosotros. La formación, que en parte ha sido interna, también necesitaba de expertos externos, como por ejemplo el CISI y la Universidad Pompeu Fabra, que certifican que esas personas están preparadas para asesorar de manera excelente a nuestros clientes”. Ciurana destacó que ya son 7.000 personas formadas, pero que “debe haber continuidad” en este campo, ya que “lo que vale hoy quizá no valga para dentro de seis meses, por lo que la formación debe ser continuada”.
Xavier Puig, doctor en Economía de la Universidad Pompeu Fabra, consideró que lo que ha ocurrido “no ha sido tanto por falta de formación sino por las presiones de comercialización. La formación tiene que ser útil, rigurosa, clara, aplicable y práctica, destacó.
La banca y MiFID II
Antes de culminar el acto con el panel de las EAFIs, responsables de la banca privada analizaron lo que supondrá la llegada de MiFID II a partir de 2018. Borja Lacalle, de Sabadell, se felicitó por el retraso de aplicación de la norma, que en un principio se fechó en 2017. En opinión de Lacalle, “aportar valor es clave” para que el cliente asuma que pagar por asesoramiento vale la pena, y se refirió a la transformación digital, a la que se tendrá que tener muy en cuenta debido a que con ello cambia la forma en la que el cliente se relaciona con la banca. No obstante, hizo hincapié en recuperar una credibilidad que la banca ha perdido. “Este negocio no tiene sentido sin la confianza”, aseveró, antes de dar paso al banquero Carlos Moreno de Tejada, de AndBank, quien además de reconocer que MiFID II cambia las reglas del juego, “viene a hacer un trabajo que quizás no hemos sabido hacer bien”.
Referencias
Decálogo para el cambio de Cultura Bancaria
El Defensor del Pueblo denuncia “la falta de efectividad” del BdE y la CNMV