“No se trata de hacer lo correcto sólo por una cuestión moral, sino porque va en el propio interés del banco”, declaró el presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), José María Roldán, en el ‘XI encuentro del Sector Bancario’ organizado por el IESE y la auditora EY. El presidente de la patronal dejó claro que la supervivencia a medio plazo se juega “en el terreno de la ética y la cultura”, aunque obvió en su discurso comprometerse con la protección de los clientes.
El 84% de los ciudadanos no confía en la banca, reveló el Edelman TrustBarometer de 2014. Y es precisamente este “un negocio donde la confianza es el pilar fundamental”, en palabras de Roldán, que se mostró preocupado el pasado jueves por la sostenibilidad del sector bancario. La pérdida de credibilidad es un tema que antes de que se produjesen los grandes escándalos de fraude bancario, la colocación de productos tóxicos y el aumento de los desahucios, no estaba en el centro del debate, y ahora supone la principal amenaza para el sector.
“El coste de los litigios asociados a fallos en la cultura y la conducta no solo ha supuesto un sustancial drenaje de recursos para las entidades sino también un desgaste de su credibilidad, hasta poner en duda su propia viabilidad”, reconoció el presidente de la AEB. Para la construcción de esa cultura bancaria, Roldán propone levantar dos pilares estructurales. Una política de comunicación interna activa y mejorar la figura de un gobierno corporativo que refuerce “el mensaje positivo de cultura y valores”.
Los clientes fueron los grandes ausentes en un discurso donde la tesis principal fue contribuir a la minimización de riesgos. “No se trata de un ejercicio a realizar porque exista una presión externa, que efectivamente existe, sino que hay que ponerlo en marcha porque en ello va la supervivencia del banco”, reiteró Roldán. La referencia a los clientes, accionistas, proveedores y otros agentes del mercado fue para hacer hincapié en promover una interacción que ayude a captar “cualquier mejora que deba ser introducida”.
La comparecencia del presidente de la AEB se produjo días después de la publicación del decálogo para el cambio de cultura bancaria en este mismo medio, a cargo del doctor Fernando Zunzunegui, profesor universitario y abogado experto en derecho financiero. Se trata de una propuesta abierta al debate público en el que se promueven diez pautas para conformar un verdadero código deontológico que ayude a restaurar la confianza en el sector bancario. El decálogo plantea desde la inclusión de la educación financiera en las aulas hasta un juramento hipocrático donde el personal bancario se comprometa a proteger al cliente. “En el modelo actual el interés del cliente queda en un segundo plano. Con esa cultura, por muchas normas que aprobemos no resolveremos el problema de la falta de confianza. La banca debe estar al servicio de sus clientes y de la sociedad”, sostiene Zunzunegui.
Roldán hizo mención en su discurso a este juramento, pero como mera referencia al modelo holandés, donde ya se ha puesto en marcha. La asociación bancaria holandesa, con el título ‘Una banca orientada al futuro’, incluye en el código de conducta del empleado bancario un juramento que en caso de incumplimiento puede dar lugar a responsabilidades civiles frente a terceros y a la privación de empleo en el sector bancario. “No se enmarca [el juramento] estrictamente dentro de las iniciativas de promover una cultura bancaria, ya que estas son específicas de cada banco, pero suponen una interesante aportación”, aseveró el presidente de la AEB.
Fuertes sanciones al empleado
La patronal propone penalizar “las malas prácticas mediante medidas disciplinarias”. Para evitar sancionar se insta a que existan modelos de actuación orientados a educar a la plantilla en consonancia con los valores del banco. Desde el decálogo publicado hace unos días en este medio, con gran acogida en las redes sociales y peticiones de adhesión por parte de colectivos ciudadanos, se insta a la introducción de la educación financiera directamente en las aulas.
Para la AEB, esta educación financiera debe jugar “un papel complementario, pero fundamental, entendida en las dos vertiente del cliente y el empleado bancario”. La vigilancia es otra de las medidas en las que insiste la patronal, y cita sistemas donde se permite que los empleados denuncien de forma anónima a otros trabajadores si actúan en contra de la “cultura y los estándares éticos de la entidad”, con una serie de penalizaciones que irán desde las más leves como apercibimientos, sanciones y pérdidas de remuneraciones, hasta la más grave, el despido.
Las iniciativas propuestas por Roldán el pasado jueves suponen el reconocimiento de la necesidad de construir una cultura bancaria basada en la ética y las buenas prácticas. Sin embargo, la postura de la AEB aún se mantiene alejada del eje vertebrador del decálogo para el cambio de cultura bancaria: la protección del cliente. Así lo demuestra Roldán cuando sentencia que “en suma, hacer lo correcto es bueno para el negocio”.
Referencias
ROLDÁN ALEGRE, José Mª (Presidente AEB): “Cultura Bancaria: Por qué es relevante y cuáles son sus implicaciones prácticas”, en XI Encuentro del Sector Bancario, IESE, Madrid, 10 de diciembre de 2015
Decálogo para el cambio de cultura bancaria
Netherlands Bankers’ Association: Future-oriented Banking
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