Fernando Zunzunegui
Publicado en Cinco Días, 23 noviembre 2011, pág. 18
El Banco de España ha intervenido Banco de Valencia con cargo al FROB. Lo ha hecho tarde y mal. Ha esperado a que los administradores lo solicitaran. Poniendo dinero para salvar una entidad inviable.
La intervención del Banco de Valencia es atípica. No se ajusta a los criterios generalmente aceptados. Se trataba de una pequeña entidad de crédito controlada por Bankia. En estos casos, es la matriz del grupo bancario la encargada de sanear o liquidar la entidad en dificultades. Sin embargo, Bankia ha optado por desentenderse de su filial y dejarla a su suerte. El Banco de España lo ha permitido. Es una mala decisión que pone en cuestión la solvencia del grupo Bankia.
El Banco de España debía haber exigido a Bankia que asumiera la gestión de las dificultades de Banco de Valencia, por razones de reputación y por tratarse de una situación ya tenida en cuenta al crear el grupo Bankia y asegurar su viabilidad con ayudas del FROB. De hecho el vicepresidente de Bankia, José Luis Olivas, era al mismo tiempo presidente del Banco de Valencia.
Hay quien justifica las ayudas públicas a la banca por los efectos que la crisis de un banco puede tener sobre el sistema bancario y sobre la economía en su conjunto. Pero en este caso no hay riesgo sistémico. El Banco de Valencia no es demasiado grande para caer. Lo cual obliga a hacer un juicio de viabilidad que conduce a sanear las entidades viables y liquidar las inviables, aquellas en las que resulta más barato hacer frente a los pagos derivados del seguro de depósitos que proceder a sanearlas. Esta liquidación de las entidades inviables se realiza de forma ordenada, bajo la vigilancia del Banco de España. Así se hizo por ejemplo, con Eurobank del Mediterráneo, última crisis bancaria.
Luego descartada la opción natural, de que la matriz se haga cargo de las pérdidas de la filial, el Banco de España debía haber valorado la viabilidad del Banco de Valencia. Siendo una entidad pequeña, cuya crisis no afecta al conjunto del sistema, ante la gravedad de unas pérdidas de más de 1000 millones, lo que procedía era la liquidación de la entidad preservando la seguridad de los depósitos. Sin embargo, el Banco de España ha optado por un saneamiento con ayudas de 3000 millones. Es una decisión muy discutible pues descarga a Bankia de su responsabilidad, mantiene viva una entidad inviable y hace recaer las pérdidas sobre los contribuyentes.
Con este episodio, el Banco de España queda en entredicho. Ordoñez anunció que la reestructuración bancaria había finalizado cuando vemos que no es cierto. La crisis del Banco de Valencia demuestra que siguen existiendo entidades en graves dificultades. Además es una crisis que cuestiona la reestructuración de las cajas de ahorros, al haber mantenido en sus cargos a gestores que ya habían demostrado su ineptitud. El Banco de España dio el visto bueno al nombramiento de José Luis Olivas, presidente de Bancaja y del Banco de Valencia, como vicepresidente de Bankia, cuando debía haber condicionado las ayudas del FROB a la sustitución de los gestores responsables de las dificultades.
Lo que más llama la atención en todo este asunto es la nota de prensa del Banco de España sobre la intervención de Banco de Valencia. Según esta nota los acreedores pueden estar absolutamente tranquilos ya que la decisión del Banco de España garantiza que Banco de Valencia “podrá seguir operando con normalidad y cumplirá con todas sus obligaciones frente a terceros”. Nunca antes en las crisis bancarías el Banco de España había llegado a tanto, garantizando las obligaciones de las entidades intervenidas frente a todos los acreedores. Hasta ahora el Banco de España se limitaba a anunciar la garantía de depósitos, por ley limitada a los 100.000 euros por depositante. Pero en esta sorprendente nota el Banco de España extiende la garantía a todos los acreedores, incluidos aquellos que han financiado la entidad mediante la adquisición de participaciones preferentes y otros activos de riesgo. Algo insólito en la gestión de las crisis bancarias.
Completamente de acuerdo con Vd. Acabo de descubrir el blog, tan interesante me ha parecido que lo agrego a favoritos. Una duda que tengo es: ¿cómo se sabe cuando hay riesgo sistémico, cuándo una entidad es «too big to fail»? Imagino que no hay criterios claros al respecto.
Abusando de su amabilidad, otra duda: ¿puedo leer en algún sitio una lista de entidades financieras españolas (cajas y bancos) a las que se haya inyectado dinero público hasta el momento? Parece ser que mayoritariamente se trata de cajas de ahorros, pero no tengo ninguna seguridad al respecto.
Por otro lado, he leído en algún sitio que el FROB no es en realidad una «ayuda» sino un «préstamo», no sé si es cierto o no, y, de ser cierto, qué garantía hay de que el préstamo se devuelva. Una última cosa que me pregunto es hasta dónde llegaría, dado el caso, el Fondo de Garantía de Depósitos. Porque, si ni siquiera nos podemos fiar de las cuentas oficiales, entiendo que hay motivos para pensar que son demasiadas las entidades «quebradas de facto», lo que supondría, de convertirlas en «quebradas de iure», que seguramente el Fondo de Garantía de Depósitos no cubriría precisamente esos 100.000 euros por depositante y entidad. Gracias por la atención.
Nuestra ley incorpora la norma comunitaria de garantizar los depósitos hasta 100.000 euros por depositante de caso de concurso o insolvencia de una entidad de crédito. Esto no está en cuestión. Salvo en su financiación, ya que no está claro quien será el prestamista de última instancia en caso de quiebra de un gran banco.
El FROB ha pervertido el sistema anterior de gestión de las crisis, a través de los fondos de garantía de depósitos, mucho más claro y transparente. Ahora con el FROB se dan ayudas antes de que se declare la crisis, y se permite que quienes han causado las dificultades sigan al frente de las entidades rescatadas. Las ayudas adoptan la forma de préstamos y avales o tienen lugar a través de la compra de cuotas participativas de las cajas o acciones de los bancos. El Banco de España las presenta como inversiones cuando son auténticos rescates. Los datos están dispersos, en notas del Banco de España o en las cuentas del FROB.
Rescatar una entidad demasiado grande para caer (too big to fail), se ha venido justificando por el «riesgo sistémico», es decir, por la posibilidad real que de que la crisis afecte al sistema en su conjunto. Es un término jurídico indeterminado que no se define ni se quiere definir. De este modo se quiere evitar el riesgo moral (moral hazard) de incentivar la asunción de riesgos, que se produciría de saber que en caso de fracaso la entidad, por su tamaño, va a ser rescatada con fondos públicos.
Muchísimas gracias por la respuesta. «Salvo en su financiación, ya que no está claro quien será el prestamista de última instancia en caso de quiebra de un gran banco.» / «Los datos están dispersos» / «Es un término jurídico indeterminado que no se define ni se quiere definir.»
Como imaginaba, y por todos los motivos posibles, podemos estar muy tranquilos…
Otra cosa: si el «too big» (demasiado grande) fuera un concepto jurídico determinado, salvo que se me escape algo, se podría evitar el riesgo moral simplemente impidiendo por ley que cualquier entidad se convierta en «too big», de tal manera que todas sepan que no serán rescatadas bajo ningún concepto. Ya me imagino que no se va a hacer, sólo constato que nos toman el pelo. Muchas gracias de nuevo.
Se trataría, en suma, de aplicar leyes antimonopolio (en sentido amplio), de impedir los abusos de posición en el mercado. El asunto es que las reglas tradicionales de la economía de mercado (que no es lo mismo que mercado libre) no se están cumpliendo.
Pluto, por ahí van los tiros. Tanto la Autoridad Bancaria Europea (EBA) como el G-20 están avanzando hacia la identificación de las entidades sistémicas (too big to fail).
Otras posiciones, en USA, van dirigidas a impedir que existan entidades demasiado grandes para caer. Al alcanzar ese tamaño, deberían trocearse.
Lo de la libre concurrencia en banca, es de nota. Lo dejamos para otra fase.Para cuando solucionemos la crisis financiera.