Vía Finanzas.com por Óscar Torres [extracto]
La Comisión Nacional del Mercado de Valores está recibiendo toda una serie de críticas por parte de distintos colectivos, por su laxa actuación frente a las sicavs (sociedades de inversión de capital variable), unos vehículos que han vuelto a la primera línea de actualidad, tras la dimisión del europarlamentario de Izquierda Unida, Willy Meyer.
«La figura de la SICAV es nítida. Las sombras las crea la CNMV al permitir que se utilicen para gestionar carteras individuales», ha afirmado en Twitter Fernando Zunzunegui, abogado y profesor de Derecho bancario y bursátil en la Universidad Carlos III de Madrid. Guste o no, las ventajas fiscales de las sicavs como sociedad están ratificados por ley.
Solamente tributan al 1%, frente al impuesto del 30% estipulado para otras sociedades. Ahora bien, las plusvalías que perciben sus inversores se acogen a la fiscalidad habitual del ahorro (actualmente, entre el 21% y el 27%). Y al tratarse de instituciones de inversión colectiva (IIC), como los fondos de inversión, permiten diferir el coste fiscal de las plusvalías hasta que el inversor no vende su participación. Incluso, se puede diferir en los traspasos a otras IIC´s para aquellas sicavs con más de 500 partícipes. Lo que raya la ilegalidad, es el uso que de ellas hacen un buen número de grandes fortunas. Y es que son sociedades de inversión colectiva que requieren un mínimo legal de 100 accionistas y un capital no inferior a los 2,4 millones de euros.
«Es importante que los accionistas de las sicavs sean reales, de lo contrario estamos hablando de un fraude de ley. Y la verdad es que buena parte de las sicavs registradas en España son carteras familiares y no cumplen con el requisito principal de ser instituciones de inversión colectiva, el motivo al que deben su tratamiento fiscal. Si dejan cumplir con ese requisito, la CNMV debería abrir un expediente para sancionar a los responsables; revocar la licencia; dejar de cotizar y dejar de ser una institución de inversión colectiva», explica Zunzunegui. (…)
El hecho de que tantas sicavs cumplan por la mínima con este requisito legal lleva a pensar que el accionariado de muchas de estas sociedades está compuesto por hombres de paja o «mariachis», como son conocidos en la jerga de los círculos financieros. Son individuos que sólo aportan su nombre y una pequeña parte del capital para cumplir con el número mínimo de accionistas. Fuentes de la CNMV aseguran que la institución cumple escrupulosamente con la ley, «que no especifica nada sobre estas prácticas». Y es cierto, que la CNMV ha actuado ante sicavs que no alcanzaban el número mínimo de accionistas. El caso más reciente se dio el pasado 25 de junio. El consejo de la CNMV decidió revocar y cancelar la sicav Maker Inversiones, «al haber incumplido el número de accionistas mínimo exigido».
Pero la pregunta es la siguiente: ¿Es ilegal ser mariachi o hacer uso de mariachis? En principio, no. Así lo asegura la CNMV. Pero Zunzunegui afirma que «es una práctica contraria a las normas de disciplina y ordenación del mercado financiero, cuya vigilancia corresponde a la CNMV». Este experto apela al artículo 99 de la Ley del Mercado de Valores, donde se habla del uso de «personas físicas o jurídicas interpuestas con la finalidad de conseguir un resultado cuya obtención directa implicaría, al menos, la comisión de una infracción grave». (…)