José María López Jiménez. Abogado; José Antonio Díaz Campos. Economista
Parece que los esfuerzos de consolidación fiscal llevados a cabo por el ejecutivo liderado por Cameron en el Reino Unido de poco han servido para preservar la máxima calificación crediticia. Recientemente, Fitch anunciaba que rebajaba la calificación de este país, desde «AAA» a «AA+», con perspectiva estable.
Sin embargo, aunque esta rebaja es «algo novedoso» para el Reino Unido, no lo es tanto para los países de la periferia de la Eurozona, que están presenciando cómo las agencias degradan una y otra vez sus calificaciones soberanas, dada la complicada situación financiera, debida, parcialmente, a los desatados déficits públicos y los voluminosos montantes de deuda que acumulan. Más allá del acierto o desacierto de Reinhart y Rogoff y sus archivos de Excel, la verdad es que, como ciudadanos, el pago de intereses milmillonarios nos duele en el bolsillo.Lealo en PDF