Publicado en Revista Activos por Fernando Zunzunegui
Grifols es una empresa del sector sanitario que cotiza en el Ibex 35. Sus acciones se han desplomado en Bolsa tras hacerse público un informe de Gotham City Research en el que concluye que manipula su deuda para reducir artificialmente el apalancamiento, con consolidaciones engañosas de estados financieros y que su valor tiende de cero. La compañía considera estas informaciones falsas apelando a que sus cuentas están auditas por KPMG.
Gotham es bien conocida en el mercado español al desvelar en 2014 el fraude de Gowex, empresa que cotizaba en el mercado alternativo bursátil (MAB). Ahora Gotham se ha atrevido con una empresa del Ibex 35, caza mayor. La CNMV tardó entonces dos días en suspender la negociación de Gowex, plazo que permitió a algunos incautos querer aprovechar el chollo de la bajada para realizar una ganancia a corto plazo.
Con esta. lección bien aprendida, la CNMV debe suspender la cotización de Grifols hasta que se aclare la situación y lo debe hacer para preservar la integridad del mercado y garantizar la protección de los inversores. Estamos ante un caso de grave asimetría e insuficiencia informativa. Mientras no se suspenda la negociación hay que ser prudentes. Las decisiones de los inversores carecen en este momento de conocimiento de causa. El informe publicado por Gotham recoge hechos que afectan a la contabilidad de Grifols que deben ser aclarados por la empresa y por su auditor. El desmentido del emisor no analiza estos hechos.
Si se llega a suspender la cotización, habrá que esperar a que se levante la suspensión para conocer el valor de mercado de las acciones. Suspensión que puede mantenerse durante meses, como vivimos en Banesto o en Pescanova. Esto no quiere decir que el inversor quede prisionero de los títulos. Las acciones con negociación suspendida pueden ser objeto de compraventa fuera de mercado, pero con la dificultad de encontrar contrapartida y sin contar con la referencia de un precio oficial.
En estos momentos conviene esperar y valorar una reclamación. Los accionistas pueden reclamar el daño ocasionado ya sea a quien haya divulgado informaciones inexactas o, en su caso, a quien haya manipulado la contabilidad o incumplido sus deberes de diligencia. Si los datos suministrados por el informe de Gotham son ciertos, los accionistas pueden reclamar el daño ocasionado a los administradores, al auditor o incluso al propio supervisor, en la medida en que quede acreditada su responsabilidad. El daño hay que acreditarlo, por ejemplo, por el desplome inmediato de la cotización tras la publicación del informe o por la diferencia de precio entre el que cotizaba la acción antes de publicarse el informe y el precio en que vuelva a cotizar tras el levantamiento de la suspensión de la cotización.
En el caso Gowex el Tribunal Supremo en sentencia de 19 de abril de 2023 consideró responsable a EY como asesor registrado. El auditor es el responsable de que las cuentas de Grifols reflejen su imagen fiel y responde por los daños y perjuicios que se deriven del incumplimiento de sus obligaciones. Responde solidariamente tanto el auditor que haya firmado el informe como la sociedad de auditoría. La acción para exigir la responsabilidad prescribe a los cuatro años a contar desde la fecha del informe de auditoría. Para garantizar el ejercicio de esta responsabilidad, los auditores deben contar con una fianza o seguro de responsabilidad civil proporcional a su volumen de negocio.
El plazo para reclamar la responsabilidad patrimonial de la CNMV prescribe al año de la producción del daño. Nunca en España se ha logrado declarar responsable a la CNMV por incumplir sus obligaciones. El ejercicio de esta responsabilidad sería un incentivo para mejorar la actuación del supervisor. Pero los tribunales no quieren abrir esta puerta.
Tema tratado en Capital Radio