Más de un millar de ahorradores españoles que contrataron productos islandeses se agrupan para demandar a los bancos que los comercializaron
Vía ABC José Jiménez
La quiebra de los bancos islandeses Landsbanki, Kaufthing e Icesave es un quebradero de cabeza para el millar largo de ahorradores españoles que invirtieron en sus productos y que ahora se agrupan para defenderse. Muchos lo hicieron sin conocer la verdadera naturaleza de una inversión que creían de renta fija, pero que luego resultó estar en derivados complejos, según han determinado ya algunas sentencias. Estas son las claves para defender la inversión.
1.- ¿Qué producto se tiene contratado? El problema de los inversores españoles es distinto al de británicos y holandeses, según apunta Jordi Ruiz de Villa, socio responsable del área de litigios financieros del bufete JAUSAS, porque no tienen depósitos contratados sino complejos derivados «que no se van a recuperar» al haber quebrado los bancos. Con algunos matices, serian similares a lo que en España se conocen como participaciones preferentes.
2.- ¿A quién pedir cuentas? La principal diferencia entre los ahorradores británicos y holandeses frente a los españoles es que los primeros eran titulares de depósitos no de preferentes. El matiz es muy importante porque en el primer caso, el dinero sigue siendo de cada cliente pero en el segundo se invierte en un producto financiero expuesto al mercado. Por eso, la única vía es reclamar a los bancos que vendieron los productos en España. De hecho, en el bufete Law Intelligencia prevén un aluvión de demandas ante la evidencia de que los ciudadanos islandeses no quieren pagar los platos rotos de sus banqueros.
3.- ¿Qué y cómo reclamar? Tal y como explica Fernando Zunzunegui, socio fundador del bufete Zunzunegui y profesor de Derecho Bancario de la Universidad Carlos III, lo primero que hace falta es «ver en qué situación se encuentra cada inversor, qué producto ha comprado y en qué condiciones para determinar primero si interesa la vía judicial o la extrajudicial». Ahora bien, Ruiz de Villa recuerda que quizás sea más conveniente ir al juzgado o a un abogado, porque la CNMV viene tardando entre seis y nueve meses en emitir unas resoluciones que no son vinculantes.
4.- ¿Y los costes? Los abogados no son baratos. De entrada, los inversores tendrán que hacer frente a dos tipos de gastos, fijos y variables. Los primeros tienen que ver con el estudio, las gestiones y los costes indirectos que suelen cobrar los despachos. Luego, en caso de que el juicio resulte favorable, habrá que pagar un porcentaje sobre la deuda recuperada. Además, es muy importante a la hora de solicitar presupuesto que se especifiquen los costes previstos hasta el final. Puede haber apelaciones y hay que tener en cuenta que si se pierde el juicio habrá que pagar las costas.
5.- El acuerdo ¿La mejor solución? Antes de ir a juicio, los abogados suelen buscar un acuerdo con el banco. Casi nunca se recupera el 100% de la inversión, pero sí una parte. Los expertos coinciden en que esta es casi siempre la mejor solución. Eso sí, advierte Ruiz de Villa, últimamente está siendo muy difícil llegar a un acuerdo con los bancos, que se niegan a negociar. A su modo de ver, esto es así porque la situación de crisis que atraviesan les hace mirar todo con lupa.