Entrevista a Fernando Zunzunegui para la Revista Inversión.
Tras la publicación de la guía técnica de la CNMV sobre Asesores no Profesionales de Fondos, los asesores no regulados se están planeando cambiar su figura jurídica y convertirse en EAF. ¿A qué se deben estos movimientos y cómo los valora?
Los asesores no profesionales de instituciones de inversión colectiva son una excepción al régimen de las empresas de asesoramiento financiero. Pueden actuar sin estar habilitados, pero siempre que su actuación sea meramente accesoria a su actividad profesional. No pueden dedicarse a esta actividad con habitualidad como principal fuente de ingresos. Debería ser algo residual. Pero de hecho se ha permitido la prestación habitual de asesoramiento a IIC a personas no habilitadas. Es una brecha en el buen funcionamiento de mercado dado que estos “asesores no profesionales” no están autorizados ni son supervisados. La CNMV, en lugar de aplicar la Ley con rigor y obligar el cese habitual de estas actividades por quien no está habilitado ha optado por profesionalizar este tipo de “asesoramiento no profesional” y equipararlo al régimen de los sujetos regulados. Resulta contradictorio que la prestación de la actividad no pueda ser habitual ni profesional y al mismo tiempo se opte por darles un estatuto profesional equivalente a las empresas de asesoramiento financiero (EAF).
¿Cómo valora la guía realizada por la CNMV?
Consolida la actuación de los “asesores no profesionales” equiparándolos a los sujetos regulados. A partir de ahora deben contar con honorabilidad, conocimientos, competencias y prevención de los conflictos de intereses similares a los que se exigen las empresas de asesoramiento financiero (EAF). Si bien se recalca que la actividad de “asesoramiento no profesional” no pueda constituir su principal fuente de ingresos.
¿Los asesores financieros no regulados acabarán por desaparecer?
Al equiparar su estatuto al de las empresas de asesoramiento financiero se condiciona su actividad, pero no tienen por qué desaparecer. Se abre la opción de convertirse en EAF pero pueden mantener su actividad bajo las nuevas condiciones.
¿Qué consecuencias tendrá esto para los inversores?
Por un lado, mejora su protección al equiparse el régimen de los “asesores no profesionales” al de las EAF. Pero crea cierta incertidumbre al dotar de profesionalidad a quien por ley no puede dedicarse de forma habitual y profesional al asesoramiento financiero. Se consolida una zona gris en la regulación financiera.
¿Qué otras medidas que establece la guía técnica de la CNMV sobre asesores no profesionales afectan más negativamente a los asesores no regulados?
Profesionalizar su actividad no es algo negativo para los “asesores no profesionales”. Al contario, consolida su actividad, le da carta de naturaleza. Resulta contradictorio desde el punto de vista regulatorio, pero es la opción seguida por la CNMV.