El sandbox regulatorio es un espacio de pruebas de innovación tecnológica controlado por las entidades supervisoras y gobernado por un esquema ley-protocolo. El objetivo final de la normativa sandbox es el de asegurar que la transformación digital no afecte a la protección del consumidor financiero, a la estabilidad financiera y a la integridad de los mercados. Asimismo, el fin de realizar las pruebas en actividades financieras tecnológicas es proporcionar mecanismos para la mejora de la regulación y del cumplimiento normativo.
Los proyectos piloto y las pruebas propuestas dentro de tales proyectos no se encontrarán sujetas a la legislación específica aplicable a la prestación habitual de servicios financieros. Sólo deberán cumplir lo dispuesto en la ley de medidas para la transformación digital del sistema financiero y en el correspondiente protocolo.
Todo promotor que quiera participar en sandbox tendrá que presentar una solicitud en la sede electrónica de la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional. Las autoridades supervisoras financieras evaluarán los proyectos presentados y seleccionarán a los distintos operadores según una serie de requisitos, como el de aportar innovación financiera de base tecnológica o aumentar la eficiencia de entidades o mercados.
Una vez aceptado el proyecto, se establecerá un protocolo de pruebas que los participantes tendrán que cumplir y que debe garantizar la protección del consumidor financiero. Se exige un consentimiento informado a los consumidores que quieran participar en las pruebas y se requiere unas garantías a los promotores para hacer frente a los daños y perjuicios que puedan ocasionar a los usuarios. El usuario podrá abandonar el proyecto cuando lo considere oportuno.
Durante todo el periodo de pruebas, el promotor y el supervisor estarán coordinados en todo momento. Las autoridades competentes designarán monitores de seguimiento. Por el servicio se paga una tasa. Tras el fin del periodo de pruebas, el promotor tendrá que presentar una memoria de resultados.
Finalizado el periodo de pruebas, existe la posibilidad de obtener autorización para prestar servicios financieros a través de una pasarela de acceso a la actividad que regula esta ley. Sin embargo, este acceso a la actividad financiera no cumpliría los requisitos establecidos y vigentes en la actualidad, un factor contrario a la seguridad jurídica y al buen funcionamiento del mercado financiero.
Con sandbox, los supervisores financieros se convertirían en seleccionadores de los operadores del mercado, una tarea que no corresponde a la entidad financiera supervisora. La normativa crea una zona gris y un riesgo para el consumidor. La alternativa es simplificar la regulación financiera adaptándonos a los tiempos fintech aplicando los principios de proporcionalidad, con transparencia y cercanía.