Extracto de la entrevista publicada por Luis Javier Sánchez en Lawandtrends
Nadie puede dudar de que Fernando Zunzunegui fue un adelantado a su tiempo hace veinte años. Encaminó su bufete de abogados a la regulación financiera y a la práctica bancaria desde el concepto personalizado de boutique legal. Ayer tuvimos la fortuna de ser invitados a conocer sus nuevas oficinas en un acto al que acudieron diferentes profesionales del sector legal. “Nuestro trabajo siempre se ha basado en la independencia pese a que hemos tenido todo tipo de clientes, Instituciones financieras; empresas, inversores y hemos llevado bastantes contenciosos por la situación del mercado con los bancos desde el 2008”. (…).
Zunzunegui hace memoria y advierte que sólo desde 2008, fecha en la que arrancó la crisis económica a nivel global, han pasado por sus oficinas más de 2000 clientes. “Nuestra labor en este terreno ha sido de auditoria, identificado los puntos fuertes y, al mismo tiempo debilidades y posibilidades de mejora”, comenta. Pese a lo crítico que ha sido en los últimos años con las entidades financieras, nuestro anfitrión se denomina como “defensor de la banca, tal vez porque vivo de la regulación financiera y confío en el sector. Por eso da coraje cuando se ven ciertas prácticas generalizadas y que su propia conducta puede hacerles comprometer su negocio” (…).
El propio Zunzunegui, en colaboración con entidades como Asufin o Adabankia han puesto en marcha una iniciativa singular en nuestro mercado financiero que tuvimos la oportunidad de contarla en esta publicación hace algunos días. “La idea era crear el juramento hipocrático del directivo bancario de tal forma que nunca fuera en contra del patrimonio de su cliente. Creemos que con este tipo de iniciativa se podría mejorar el aspecto reputación del sector bancario” (…).
Hay que dar pasos que van más allá de la propia regulación bancaria y hay que ir a la ética. Ese juramento venía acompañado de un decálogo de cambio de cultura bancaria. El juramento hipocrático, apoyado por el regulador ya existe en países como Bélgica como buen resultado”; indica. A su juicio, es muy posible que fenómenos como el de las preferentes se hubiera podido evitar en parte o en su totalidad. “Dichos productos dañaban el patrimonio de los clientes y su negativa a comercializarlos hubiera ayudado a mucha gente”, recalca (…).
En todo este escenario subyace el cambio de cultura bancaria. “Hemos hablado con la AEB y se dan cuenta que quizás haya llegado el momento de ese cambio profundo. Mientras vemos qué van a hacer ellos sobre este juramento hipocrático del que estamos hablando, se han incrementado las adhesiones de catedráticos, economistas o empresas de asesoramiento financiero sobre esta cuestión”, indica Zunzunegui.
Otro elemento muy a tener en cuenta en este contexto son las reclamaciones colectivas, ya autorizadas desde hace algunos años por un fallo del Tribunal Supremo: ”Ya es un hecho. Nosotros hemos trabajado esta vía por la acumulación de acciones de pequeña cuantía para proteger mejor el mercado. Y así lo hicimos en procedimientos contra Bankinter, Citibank o Banif.»