[Extracto del artículo publicado por EXPANSIÓN]

Casi un año después de la entrada en vigor de Mifid II, los protagonistas del negocio de la inversión otorgan un aprobado al nuevo marco normativo europeo sobre mercados e instrumentos financieros. Así lo explicaron durante la sexta edición del encuentro Banca Privada y Gestión de Patrimonios, organizado la semana pasada por EXPANSIÓN.

El objetivo de Mifid II era devolver al inversor el control sobre sus ahorros, obligando a las entidades financieras a ofrecer un asesoramiento más riguroso, transparente e independiente. Y todo eso se ha conseguido, en opinión de Jesús Mardomingo, director del Máster de Acceso a la Abogacía del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB): «Se ha corregido el llamado síndrome de Estocolmo bancario, porque el cliente ya no está sometido a una sola entidad, sino que puede buscar la que mejor le asesore». Además, Mardomingo explicó que la Directiva Europea ha transformado el modelo de negocio, «que ya no es de venta, sino de servicio«, y añadió que ese factor, unido a la mejor formación de los profesionales, «está aumentando la confianza del cliente».

Encuentro Banca Privada Mifid II supera las expectativas un año después de su entrada en vigor
De izquierda a derecha: Josep Soler, Jesús Mardomingo, Fernando Zunzunegui, David Espeja, Alicia Yagüe, y Carlos García Ciriza / Bernardo Díaz

Coincidió en el diagnóstico el coordinador de Regulación de EFPA España, Fernando Zunzunegui, quien quiso remarcar que Mifid II «aporta seguridad jurídica, refuerza la transparencia, fomenta la educación financiera de los clientes y, sobre todo, incrementa la formación de los profesionales del sector». Por si eso fuera poco, añadió, la norma «permite a los distintos operadores del mercado competir en un ámbito de total libertad».

Las entidades dedicadas al negocio de la inversión tampoco escatimaron en halagos hacia un cuerpo normativo para el que llevaban años preparándose. Así, Alicia Yagüe, directora de Legal y Cumplimiento Normativo de A&G Banca Privada, reconoció que ahora el cliente es «más consciente de la necesidad de controlar el riesgo o buscar rendimientos en el largo plazo más consistentes». A su vez, David Espeja, director de la Unidad de Banca Privada de Banca March, aplaudió la forma en que Mifid II protege a los clientes: «Con independencia en el asesoramiento, transparencia de costes y profesionalización de equipos».

Carlos García: «se ha perdido una oportunidad de oro para definir de forma coherente el asesoramiento independiente»

Una de las novedades más controvertidas de todas las que ha introducido Mifid II es la que exige a las entidades financieras declararse independientes o no independientes. «Esta distinción es absurda, al menos, tal como se ha definido en la trasposición de la Directiva a la legislación nacional», lamentó Carlos García, presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi). Por este motivo, opinó que «se ha perdido una oportunidad de oro para definir de forma coherente el asesoramiento independiente«.

Otra de las incertidumbres que existían respecto a la irrupción de Mifid II era la relacionada con los costes de su puesta en marcha. Pero ese efecto ha sido menor del esperado, a tenor de lo apuntado por Yagüe: «La norma ha tenido un impacto, pero también ha implicado la adopción de herramientas digitales que compensan ese coste y facilitan otras muchas tareas». En la misma línea, Zunzunegui opinó que «la actual revolución tecnológica tiene mucha más repercusión en los costes que la adaptación a Mifid II«.

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