La CNMV ha abierto una vía para denunciar las irregularidades en el mercado de valores, conocido como whistleblowing en los mercados internacionales. Las denuncias pueden ser anónimas como mejor vía para proteger al denunciante. Es frecuente que el denunciante sea perseguido por los denunciados ad hominem con un alto coste personal que puede llevar a la pérdida del empleo. Colaborar con la autoridad es una actividad de riesgo. A algunos no les gusta que los delatores puedan quedar impunes. Como si denunciar los malos comportamientos fuera una fechoría. Los tachan de chivatos y acusan a CNMV de favorecer la chivatería.
El whistleblowing es una poderosa herramienta del supervisor que ahora llega a España al desarrollar la CNMV las previsiones contemplas en el Derecho de la Unión Europea (Reglamento de Abuso de Mercado y MiFID II). Muchas investigaciones de insider trading se inician por denuncias de personas cercanas al insider. Según estas normas los supervisores deben establecer mecanismos eficaces para permitir la denuncia de posibles infracciones que incluyan el procedimiento para la recepción de denuncias y la protección adecuada del trabajador que denuncie frente a represalias. Lo que ahora hace la CNMV.
Los anglosajones, muy pragmáticos los tienen claro. Proteger al denunciante es la mejor forma de conocer las irregularidades. De este modo se pueden investigar los hechos y si hay indicios de infracción, abrir expediente con todas la garantías procesales. Las investigaciones son siempre información reservada. El sistema de denuncias conocido como whistleblowing respeta los derechos fundamentales de los afectados por la denuncia.
Además, incentivan las denuncias. La SEC americana premia al denunciante hasta con un 30% de la multa que se imponga al denunciado. Incluso los denunciantes anónimos tienen derecho a ser recompensados a través del abogado que les represente.
