La Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés) ha publicado una serie de directrices dirigidas a empresas y autoridades financieras con el fin de asegurar una aplicación coherente y uniforme de la legislación de la Unión Europea a las empresas que buscan establecerse en la Unión tras el Brexit.
En su informe, EBA insta a los estados miembro a evitar la “competencia sobre las normas reguladoras” para atraer a las firmas, recomienda evitar la imposición de una carga “innecesaria” de reglamentación, y pide cooperación y coordinación entre los supervisores.
El dictamen de EBA, dirigido al periodo previo a la salida del Reino Unido previsto para marzo de 2019, establece algunos principios clave y orientación técnica específica para cada una de las áreas identificadas por el organismo: autorizaciones, normativa y supervisión prudencial de las empresas de inversión, y resolución.
En cuanto a la primera de las áreas, la relativa a autorizaciones, EBA defiende la aplicación de los procedimientos y normas existentes e insta a los reguladores a someter a las empresas a una “evaluación rigurosa” de los requisitos relevantes, y hace hincapié en evitar la autorización de empresas empty shell (cascarón vacío).
Respecto a la segunda cuestión, EBA defiende que las empresas de servicios de inversión deben someterse a un “marco prudencial actualizado en consonancia con el informe” publicado por la propia EBA, mientras que las firmas de inversión fundadas en la unión bancaria deben someterse a la supervisión del Banco Central Europeo. Así mismo, las entidades que operan desde un tercer país deben someterse a unas normas de supervisión adecuadas, según señala EBA en nota de prensa.
Por último, en lo relativo a la resolución, EBA observa el potencial impacto del Brexit en las reformas en marcha de las normas para la resolución de entidades, principalmente en cuanto a la “construcción de una capacidad de absorción de pérdidas”.
Referencias