El estudio de FINSALUD ha sensibilizado a los representantes del CESE que propondrán un estudio sobre el gasto sanitario que ha supuesto la crisis financiera en Europa y su inclusión en las encuestas del EUROSTAT

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María Victoria Zunzunegui, investigadora de FINSALUD y profesora de Epidemiología, ha presentado los datos y resultados del estudio piloto. Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN y patrona de FINSALUD introdujo el histórico de fraudes financieros .

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) fue testigo ayer de una jornada dedicada a la denuncia de fraudes financieros en España y Europa. Y es que las personas que se han visto afectadas por fraudes financieros, sufren mayores problemas de salud física y psicológica que la población general. Esto viene avalado por un reciente estudio piloto publicado por FINSALUD en la Gaceta Sanitaria que fue presentado en Bruselas ante la Comunidad Europea.

María Victoria Zunzunegui es la investigadora que ha dirigido este estudio que analizó el estado de salud de 188 personas en España afectadas por diversas estafas financieras. «La salud física es claramente peor, el diagnóstico psiquiátrico es mayor y los problemas de sueño son muy grandes», declaraba Zunzunegui a Efe Bruselas.

Se trata de indicadores que señalan que algo les está pasando a estas personas. Así, un 85% de preferentistas que no han recibido compensación económica definen su estado de salud como «malo o muy malo», en comparación con el 32% de la población general. En contraposición, son cifras que se reducen significativamente en quienes han recibido compensación económica. Son problemas que apuntan a problemas de estrés, culpabilidad y conflicto familiar como principales investigadores de malestar entre los encuestados.

Según la presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN) y patrona de FINSALUD, Patricia Suárez, el objetivo de presentar el estudio ante el CESE es concienciar a las instituciones europeas de que las malas prácticas bancarias tienen un impacto en el bienestar de la población. Con esta visita, FINSALUD ha conseguido que el CESE valore la posibilidad de que la Comisión Europa estudie el gasto sanitario que ha supuesto la crisis financiera. Se trata pues, de un estudio necesario que puede demostrar que es posible medir el daño y hacer algo al respecto para mejorar la calidad de vida de los afectados, además de cambiar definitivamente la cultura bancaria.

Representantes de diversos países europeos se identificaron plenamente con la exposición y relataron sus propias experiencias como víctimas de fraudes financieros. Así las cosas, asociaciones de consumidores de países como Francia, Irlanda o Portugal fueron muy contundentes en su condena a estos productos pero sentenciaron la lentitud de la justicia. Es imprescindible, por tanto, que las autoridades en Salud Pública de la UE y Autoridades Financieras articulen medidas de atención directa médicas y psicológicas a los afectados y correctivas para evitar daños futuros para situaciones similares

Además, el CESE propondrá que se incluyan preguntas para estudiar el impacto en la salud de los afectados por fraudes financieros en la oficina estadística comunitaria, Eurostat. Las encuestas de salud europeas incluyen muestras de decenas de miles de personas en cada país participante de la Unión Europea, siendo estas muestras representativas de la población de cada país. Estas muestras poblacionales nos permitirían estimar la prevalencia del fraude bancario (porcentaje de personas afectadas por fraudes bancarios) y sus factores asociados, tales como los indicadores de salud y la utilización de servicios de salud (visitas médicas, urgencias, hospitalizaciones, uso de medicamentos, etc).

Conferencias como la celebrada ayer en Bruselas propician que en un futuro podamos obtener datos del impacto del fraude en la salud de los europeos. El problema no es solo de España, sino del sistema financiero en su conjunto.

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