imagen abc 300x186 Roldán (AEB) pide apostar por una cultura bancaria “adecuada, efectiva y extendida”“Es pertinente, a la luz de los acontecimientos recientes, reflexionar sobre la naturaleza de los problemas reputacionales”, declaró este lunes el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, quien ha subrayado que existe la necesidad de realizar una pedagogía paciente y persistente y de situar “al cliente, a sus necesidades y circunstancias, en el centro de nuestra actividad”.

En un discurso pronunciado en el Foro de la Nueva Economía, el presidente de la patronal bancaria ha reflexionado sobre unas normas cada vez más exigentes, los problemas de rentabilidad del sector en un entorno de bajos tipos de interés, de la transformación digital, de la necesidad de gestionar los legacy assets provenientes de la “brutal crisis vivida”, y de los problemas de reputación del sector.

Roldán ha pedido no relajarse y “apostar por el establecimiento de una cultura bancaria adecuada, efectiva y extendida a todos los niveles de la organización”. Este último atributo, la instauración de una cultura común en los distintos estamentos de la firma, es uno de los aspectos donde más se ha avanzado en otros países como Reino Unido. La Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés), nacida tras la crisis, ha reclamado por medio de sus altos cargos una cultura bancaria que haga prevalecer el principio “tone from the top”.

Es por ello que la FCA está asesorando a las entidades con base en ejemplos y comportamientos reputacionales adecuados que observa en los ejercicios de supervisión. Una de sus prioridades es inculcar el principio “tone from the top”, para que desde la más alta dirección se fomente un código de buena conducta, una filosofía, un modelo corporativo, una cultura de responsabilidad que no se estanque en estancias medias e involucre a toda la firma.

El presidente de la AEB también ha destacado que la educación financiera de los clientes, actuales y futuros, juega un papel preventivo vital en el medio plazo. Conviene recalcar que desde la patronal han surgido algunas iniciativas en los últimos meses, como la publicación de un diccionario sobre términos financieros protagonizado por famosos televisivos. Sin embargo, no se ha generado un debate profundo sobre la necesidad de impulsar un código ético que involucre a las entidades o acciones novedosas como la del juramento hipocrático, de vigencia en Holanda, por el cual el empleado de banca bajo juramento se compromete a no dañar el interés del cliente .

El discurso de Roldán se alinea con las palabras de la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, en una ponencia publicada en El PAÍS, donde reclamó la necesidad de actuar con “más integridad y transparencia” para recuperar la confianza de los clientes y generar un entorno inclusivo para la implantación de la tecnología.

Un futuro digital irreversible

Roldán también ha expuesto en su discurso, con título “Sin margen de error”, que el futuro pasa, evidentemente, por hacer frente con éxito al desafío digital, al que ha calificado de “irreversible”. En un entorno competitivo más complejo por la entrada de nuevos actores como las FinTech, ha destacado que “se percibe una tendencia hacia una posible convivencia entre esas start-ups y determinados bancos”. En esta línea, ha remarcado las oportunidades que ofrece este tipo de sinergias: “Mientras que las primeras proporcionan la base tecnológica y la mejor experiencia de usuario, las segundas pueden aportar el volumen, los clientes, y mejorar la eficiencia del conjunto”.

Referencias
Sin margen de error. Discurso íntegro de José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB).
Ana Botín. Reinventar la banca vía EL PAÍS.
Decálogo para el cambio de cultura bancaria
RDMF. “Los escándalos de la banca han dañado la reputación financiera de UK”

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1 comentario

  1. “Es pertinente, a la luz de los acontecimientos recientes, reflexionar sobre la naturaleza de los problemas reputacionales”

    A veces tengo la sensación de que el jardín de infancia, parvulario o guardería en que algunas personas tuvieron que tejer sus primeras habilidades sociales fallaron estrepitosamente en su misión. Décadas después siguen esas asignaturas pendientes en los hechos y, como no, en las ideas que subyacen a estos.

    Cómo, de otro modo, puede explicarse que la ausencia de cultura bancaria (interna, no la del mercado) sea vista como un riesgo reputacional…sin más.

    El problema, más bien, consiste en el reguero de cadáveres financieros que ha dejado, deja y dejará nuestra banca en su depredadora actividad que haría palidecer al mismísimo Maquiavelo. El panorama ético, desolador, en ruinas, de tierra quemada, ha traído como consecuencia una sensación de aversión que se traduce en un clarísimo, lógico y coherente daño reputacional pero este no es sino mera consecuencia de aquel daño causado a la Sociedad en mayúsculas. Un daño que ha sido diseñado, implantado, abonado y propagado conscientemente desde la cúpula de las entidades hasta sus últimos bastiones, las sucursales, infectando a empresas, particulares y administraciones públicas por igual.

    Que no nos cuenten que esa cultura es necesaria para recuperar la reputación . Que nos cuenten que es necesaria para recuperar el derecho a ser llamados «empresa» y a tener un lugar en el mercado aportando un valor por el que un cliente esté dispuesto a pagar en equidad. Todo lo demás no es sino otro paso más en el vergonzante camino de victimismo que no hace sino ahondar la brecha ética que les separa de quienes deben poner estrellas a su reputación o echarle tierra encima, para que no apeste tanto.

    Un saludo,

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