Fernando Zunzunegui

Comentario al libro “La gran estafa de las preferentes” de Andreu Missépdf 150x150 Contra los antisistema de la banca

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Las participaciones preferentes son un instrumento complejo de alto riesgo colocado entre clientela minorista en el mayor fraude en masa al ahorro del público conocido en España. Pero, ¿cómo es posible defraudar miles de millones de euros a más de un millón de personas en una actividad tan regulada como la bancaria?  ¿Cómo se han podido saltar todas las medidas de seguridad? La actividad bancaria resulta esencial para la economía y se desarrolla en un sistema regulado con red de seguridad. La Ley protege de forma muy especial al consumidor financiero. Se previenen las crisis y se sancionan los incumplimientos. La banca tiene que cumplir estrictas normas de conducta para prevenir las malas prácticas. Las autoridades financieras gozan de un poder cautelar para suspender aquellas prácticas que dañan a los clientes y cuestionan la reputación de las entidades. Este sistema se adopta en Estados Unidos tras la Gran Depresión de 1929 y es recibido en Europa en la segunda mitad del siglo pasado.

Decenas de miles de sentencias que anulan contratos por vicio en el consentimiento acreditan el fraude en masa de las preferentes. Es un hecho notorio que no debería necesitar prueba. Pero en España se discuten hasta los hechos. Elvira Rodríguez, presidenta de la CNMV, ha declarado en sede parlamentaria que las preferentes se comercializaron correctamente. El policía del mercado no reconoce lo que las sentencias acreditan. Por otro lado, llega a decirse que ha existido una conspiración para cargarse a las cajas de ahorros.

Por esta razón, el libro de Andreu Missé sobre “La gran estafa de las preferentes” resulta imprescindible. Hacía falta investigar a fondo el fraude de las preferentes para saber lo que ha ocurrido, quienes son las víctimas y quienes son los responsables. De este modo, podremos evitar que un fraude de estas dimensiones vuelva a suceder.

Andreu Missé ofrece una catarata de datos sobre lo ocurrido con las preferentes. Parte de una tesis que sirve de subtítulo al libro: “Abusos e impunidad de la banca durante la crisis financiera en España”. El fraude de las preferentes ha sido posible por una mala conducta de las entidades de crédito contando con la complicidad de las autoridades. Los supervisores eran perfectamente conscientes del riesgo no informado que se trasladaba a los clientes. El Banco de España promovió la colocación de preferentes para fortalecer los recursos propios de la banca. A su vez, los requerimientos de la CNMV dirigidos a las entidades tan sólo demuestran que dicho organismo era consciente de la gravedad del problema. Dejo hacer sin ejercer sus potestades. No podía prohibir las preferentes, pero podía y debía haber suspendido su comercialización. Tampoco han cumplido su función de guardianes del mercado las auditoras y consultoras que participaron en la valoración de las emisiones de preferentes.

Nos encontramos ante un fraude sistémico en el que han fallado las autoridades, incluido el gobierno al permitir la colocación y luego adjudicar las quitas. Hay excepciones. Han respondido los jueces, el Defensor del Pueblo, el Consejo de Consumidores y Usuarios y, sobre todo, los afectados, organizándose, protestando y defendiéndose con abogados que han demostrado su profesionalidad.

El libro de Andreu Missé describe las consecuencias de mezclar banca y política. De hecho, ha sido la presencia de políticos en los órganos de gobierno de las cajas lo que ha condicionado la gestión de la crisis bancaria en España. En lugar de diagnosticar el problema en 2007 y rescatar a la banca en 2008, como hicieron en Estados Unidos, en España tanto el gobierno como las autoridades financieras optaron por silenciar el problema y tratar de rescatar a la banca con el ahorro de los clientes mediante la colocación de participaciones preferentes.

En España hemos pasado de una banca paternalista a una banca que puso en riesgo el ahorro de sus clientes más vulnerables en un intento fallido de evitar su intervención. Los responsables querían seguir en sus cargos con total impunidad. De haber actuado como en otros países, la intervención en 2008 habría llevado a la sustitución de los altos cargos de la banca responsables del fiasco con exigencia de responsabilidades. Tal vez no habrían ido a la cárcel, pero al menos se habría evitado el fraude de las preferentes.

Es un trabajo multidisciplinar en el que el autor ofrece una perspectiva histórica, económica, legal y sociológica del fraude de las preferentes.  Se nutre de todo tipo de fuentes. Utiliza informes oficiales, documentos de las comisiones de investigación, literatura económica, doctrina jurídica, jurisprudencia y entrevistas con los protagonistas, desde las autoridades a los clientes afectados, pasando por sus abogados. Es un libro ordenado en capítulos que estudian los episodios del fraude, con una buena síntesis inicial de la investigación. Las preferentes son el hilo conductor. Sin olvidar otros fraudes que tienen la misma naturaleza, como los Valores Santander. El sustrato es el mismo. Capitalizar la banca en un momento en el que se avecinaba la crisis utilizando el ahorro de los clientes de las sucursales.

El libro revela un fraude del sistema. Primero se utilizaron los ahorros de los depositantes para rescatar a la banca mediante la colocación de preferentes. Después pactaron en el Memorando con la Unión Europea asignarles pérdidas, con quitas y canjes por acciones carentes de valor. Unas quitas sin base legal, atendiendo al “pensamiento dominante” de los organismos internacionales, recogido en el Memorando. A continuación, viene una mala gestión que se manifiesta en quitas, canjes, arbitrajes ficticios controlados por auditoras, demandas, condenas y devoluciones. Un tira y afloja que ha prolongado el sufrimiento de los afectados. Personas y pueblos enteros han vivido el fraude de las preferentes. Abandonados por las autoridades los afectados se han organizado para reivindicar sus derechos.

Es una obra que estudia los orígenes de las preferentes, su utilización para el rescate bancario y el modo en se adjudicaron las pérdidas, con una quita carente de base legal y que rompía el contrato. Según el folleto de las preferentes la inversión es perpetua salvo que se recompre el título o se proceda a la liquidación del emisor.  Pero sin recompra ni liquidación se ha quitado a los preferentistas buena parte de su inversión. Comienza con los orígenes de las preferentes, colocadas desde paraísos fiscales hasta su repatriación, previa amnistía del legislador.

Como se ha reconocido desde el Gobierno, las preferentes no son un instrumento adecuado para inversores minoristas y mucho menos para ahorradores. Este reconocimiento debería haber llevado a una devolución íntegra del dinero captado con engaño. Sin embargo, lo que se aprobó fue una elevada quita. De este modo, según la versión oficial, se castigaba a los avariciosos y se protegía a los contribuyentes. Perverso planteamiento que olvidaba decir que las preferentes fueron colocadas entre depositantes sin informales del doble riesgo en que incurrían, del riesgo del producto, de un lado, y del riesgo de estar rescatando unas entidades quebradas, de otro.

Es un relato plano, sin juicios de valor que lo distorsionen. Como dice el autor en la primera frase del libro: “Este no es un libro contra la banca”. Es un libro objetivo. Recoge unos hechos y los comenta sin muchos adjetivos. Comienza con los orígenes de las preferentes, colocadas desde paraísos fiscales hasta su repatriación, previa amnistía del legislador. Describe el drama social con casos concretos. Sin olvidar las consecuencias para la salud de la pérdida súbita de los ahorros, la angustia de perder el ahorro destinado a la jubilación. Daño colateral que está siendo objeto de estudio científico por la fundación Finsalud. La obra se cierra con unas cuidadas conclusiones, con propuestas concretas para mejorar el mercado.

Estamos ante un fraude encadenado que comienza con la colocación de preferentes, sigue con la salida a bolsa de Bankia con un folleto falso que no reflejaba su imagen fiel, y se consuma con una quita de la mayor parte de los ahorros. Un ataque frontal al sistema financiero que ha tenido como resultado que la mayor parte de los españoles desconfíe de los bancos. Hay que tener en cuenta que la línea de flotación del sistema lo marca la confianza de los clientes en las entidades de depósito.

Sin duda, ha sido un duro golpe a la confianza en el sistema financiero. Necesitamos una nueva cultura de las entidades y contar con supervisores independientes y más poderosos a los que no les tiemble el pulso al ejercer sus potestades. Quienes han convertido la banca en un negocio insostenible son las entidades, que han tenido malas prácticas en perjuicio de sus clientes más vulnerables y las autoridades que lo han permitido. Hay que acabar con los antisistema que con sus malas prácticas han llegado a cuestionar la actividad bancaria.

La versión reducida de esta recensión se publicará en el próximo número de la Revista Alternativas Económicas

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3 comentarios

  1. No sé si lo habéis leído tanto tu, Fernando, como el Sr Missé, pero os recomiendo – también a los lectores de tu blog – el libro «La sabiduría de los psicópatas» de Kevin Dutton.

    Ese libro habla de psicópatas en las empresas y en las instituciones, allá donde hay poder. Habla de que, frente al 1% que hallamos entre la población general, en el sector financiero podemos hallar ratios entre el 20 y 40% de psicópatas funcionales que se distinguen de aquellos que matan en que no lo necesitan porque satisfacen sus necesidades depredadoras por otros medios.

    En Inglaterra un test realizado por profesionales en el sector financiero arrojó índices de psicopatía más elevados que otro pasado a los psicópatas asesinos en serie recluidos en un centro penitenciario de alta seguridad.

    Tal vez sea hora de que, antes de poner a alguien al frente de una sucursal, en un Consejo de Administración o de una institución pública pase un test para saber si estamos ante un depredador patológico. Al fin y al cabo, si se habla de capacidades psicológicas para conducir un auto o tener una licencia de caza ¿por qué no si tu actitud va a repercutir sobre las familias, las empresas o – incluso – la estabilidad de un Estado?

    Es un apunte que considero necesario; al fin y al cabo se decía – antes – que «societas delinquere non potest» y, en el fondo, sigue siendo cierto: son las personas quienes corrompen, quienes – como muy bien apuntáis – acaban cometiendo abusos que exceden el dislate, el error o la estupidez y entran de lleno en el campo del ataque directo contra las personas, de forma masiva y al solo objeto de satisfacer sus instintos.

    Gracias por el artículo.