750x 1 300x192 Reino Unido da prioridad a la cultura financiera“La confianza es importante. Los consumidores necesitan estar seguros de las entidades que han elegido. La cultura es el producto de la confianza y las normas de conducta. Está en todos los lugares de la firma, es determinante en todas las decisiones de la entidad: en el personal, en la organización y en la estructura de beneficios”. Así se ha manifestado en un discurso Andrew Bailey, la persona que se convertirá en el nuevo responsable de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés) el próximo mes de julio.

La máxima autoridad de la conducta en el mercado del Reino Unido eleva la cultura financiera como factor trascendental en el desarrollo del negocio bancario. Para Bailey la cultura financiera debe regirse por el “tone at the top”, es decir, una filosofía, un modelo corporativo, una cultura propia establecida por los líderes de cada entidad que incurra en la toma de decisiones de toda la firma. Responsabilidad es la palabra que el nuevo regulador de la FCA ha utilizado para vertebrar su discurso y justificar el nuevo Régimen de Certificación para Altos Directivos.

“No hay una fórmula para cambiar la cultura, pero el nuevo régimen es un paso muy importante. Y lo es porque su punto fuerte tiene que ver con la responsabilidad en las actuaciones de la firma a nivel de altos directivos”, ha explicado. Algo que no incluía el anterior régimen, “centrado en la culpabilidad, pero no en la responsabilidad.  Estas dos nociones son diferentes”.

Aunque en primera instancia la FCA se inclinaba por un claro intervencionismo en las entidades, ahora, mediante su nuevo responsable, el discurso ha ido alejándose de esta postura. El todavía director de la Autoridad de Regulación Prudencial  manifestó que los reguladores “no están capacitados, y no deben intentar decidir sobre la cultura financiera de las firmas. No podemos escribir una norma regulatoria que asiente la cultura. No es trabajo del regulador forzar el cambio de cultura bancaria. Si lo llevamos a cabo, la conclusión principal será que el equipo de gestión ha fallado”. El debate intervencionista de los reguladores sigue abierto. Pero lo que está claro es que la cultura financiera es una de las cuestiones más importantes ahora para el sector bancario británico.

Bailey también ha hecho mención a los conflictos de interés como uno de los obstáculos que afectan al desarrollo del negocio y a la cultura de cada entidad. “Uno de los cambios más importante de la regulación desde la crisis es que hemos establecido un equilibrio entre el interés del cliente y el interés de la firma”, ha indicado, a la vez que ha reconocido que a pesar de que “los mayores cambios que han ocurrido tras la crisis tienen que ver con la mejora del comportamiento de las entidades, el público no ha reconocido estos desarrollos y tiende a pensar que nada ha cambiado. Por tanto, la cultura debe ser una importante demostración de este cambio”.

“Desde mi punto de vista, la cultura es un producto en el que confluyen varias fuerzas: la eficiencia de la gestión y la gobernanza, incluyendo un modelo de tone from the top; la estructura de las remuneraciones y los incentivos; la capacidad de gestionar los riesgos y la predisposición de los empleados para adherirse de una forma entusiasta a este modelo propio de la firma”, ha concluido.

Referencias
Speech. Culture in financial services. A regulator’s perspective. Andrew Bailey
Nota de prensa
Decálogo para el cambio de cultura bancaria

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