adicae 300x197 El Descrédito: la usura de pedir 1200 euros y devolver 5000“Estaba en una situación apurada. Me llegó una publicidad que me ofrecía un crédito de 1200 euros. Envié los papeles creyendo que no me lo iban a conceder. Acepté y firmé. Pues bien. Llevo pagados entre 4.000 y 5.000 euros. ¿Hasta ese punto de usura llegamos?”, relata una afectada por los intereses de los créditos rápidos en el documental El Descrédito, estrenado este martes en Madrid.

El film, dirigido por Víctor Moreno y producido por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España (Adicae), trenza una serie de historias de afectados por los microcréditos con la opinión de profesores de Economía, psicólogos, expertos y personal de Adicae. “Lo que pagas son intereses. Nunca terminas de pagar. La necesidad hace que te alíes con el diablo”, prosigue ésta afectada, que se pregunta: ¿me está pasando esto de verdad?

Suena el teléfono. “Cógelo, cógelo”, le dice el entrevistador a otro de los afectados –no trasciende el nombre de estos-. “Son ellos otra vez”, se lamenta. “Le llamamos en relación a la deuda que tiene usted contraída…”, dice la interlocutora de una empresa de recobro, que le recuerda que el último ingreso que hizo fue de 105 euros, una cifra muy alejada a la que debe. “He hablado mil veces con vosotros. Ya os he dicho que el tema está en manos de mi abogado”, concluye este afectado, que pidió un préstamo de 2000 euros cuando se divorció en 2007 para hacer frente a los gastos de alquiler. “Yo siempre me he creído inteligente, pero ahora me lo pregunto. Cómo puede ser que siga debiendo lo mismo ocho años después. Ya ha desembolsado recibos de casi 6000 euros y me he cansado de pagar. Dicen que todavía me faltan por pagar 2000 euros”. Vuelve a sonar el teléfono. Es la madre. Le comunica que acaban de llamarla en relación a la deuda.

En España se calcula que existen entre 800 y 1000 empresas de recobro. El acoso es constante, llegando a poner en práctica “acciones que van más allá de lo legítimo”, como señala Javier Contreras, de Adicae, quien aclara que nuestro país y Portugal son los dos únicos países de la Unión Europea que carecen de regulación en este campo.

A la presentación acudieron también los periodistas económicos Íñigo de Barrón, de El País, e Ignacio Rodríguez, de Onda Cero, quienes hicieron mención a esta “ausencia bruta de regulación”. Rodríguez se pregunta por qué tanta escasez legislativa, siendo la última ley de usura de 1908. “Nadie se ha preocupado. Algo que funciona bien en África ecuatorial y que ha sacado a muchas familias de la India  de la pobreza aquí es imposible por la escasa regulación”, manifestó, a la vez que reclamó una Agencia Pública de Asesoramiento. Animó a los jueces a entrar “a saco en esta cuestión”. En teoría, es el Banco de España quien debe actuar de supervisor. Matilde Cuena, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, explica que ante los casos de préstamo irresponsable “la entidad será sancionada, pero el consumidor está obligado a cumplir el contrato”. Y añade: «Es obvio, que si hay usura el contrato es nulo».

El periodista de El País Íñigo de Barrón dijo que tras estudiar estas páginas web de crédito rápido, “parece que buscan al cliente insolvente”. Calificó el funcionamiento de perverso y señaló el que para él es uno de los momentos más dramáticos de la película: entidades crediticias que buscan personas que ya están en una situación delicada. Uno de los afectados que protagoniza el documental tiene contraídos varios créditos de forma encadenada. “De uno me quedan 6.000 y de otros unos 2.000. Son unas pequeñas cantidades, pero hay que pagarlas. Pedí el crédito y al día siguiente lo tenía en la cuenta. Lo que más me sorprendió es que no firmé ningún contrato”, señala.

El psicólogo especializado en psicología del consumo Javier Garcés, explica que llega un momento en la vida de estas personas que pedir un crédito “se ha convertido en una situación normalizada. Ya no se puede salir”.

Encima de la mesa se pusieron otras cuestiones planteadas por Adicae, que convocó para el propio film un debate en el que se discute si no es usura el 20 y 25% de interés que cobran las tarjetas de crédito por demora. El director, Víctor Moreno, se confesó bastante perdido en este tema a la hora de comenzar el proyecto. Acabó sorprendido porque “la gente no pide estos créditos rápidos para irse a Disneylandia, sino para satisfacer necesidades básicas. Para comprar los libros de sus hijos”.

A contraluz, sin mostrar su rostro, un estudiante confiesa: “Pedí un crédito rápido de 300 euros para hacer frente a un pago de la Universidad. Posteriormente, el padre cuenta que se quedaron perplejos cuando su hijo les contó que necesitaba ayuda para devolverlo. “Por quitarnos de problemas y olvidarnos, pagamos: 1700 euros”.

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1 comentario

  1. […] Estas son propuestas que ya se están aplicando en países como Holanda, donde el juramento es obligatorio, y están siendo valoradas muy seriamente en Reino Unido, territorio que ha avanzado en el campo de la ética bancaria este 2015. En marzo publicó la Autoridad de Conducta Financiera de Reino Unido (FCA por sus siglas en inglés) un informe sobre el trato que deben recibir los consumidores en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de que las entidades financieras se vean dotadas de recursos prácticas que les permitan reconocer y tratar adecuadamente a los clientes que se encuentren en situación de vulnerabilidad, a fin de proporcionarles apoyo especializado propio. Por su parte, Italia ha regulado el microcrédito, una de las prácticas bancarias ligadas a la usura. España es, junto con Portugal, el único país de la zona Euro en el que no existe regulación para este problema que afecta en muchas ocasiones a personas en vulnerabilidad, que se ven obligadas a pedir un crédito rápido antes de dejar de pagar el alquiler o los libros de sus hijos. De este modo, ante la inexistente regulación y con una ley de usura que data de 1908, se puede pedir un crédito de 1.200 euros y acabar pagando 5.000. […]