Fernando Zunzunegui
Publicado en El Economista

%name Responsabilidad del Gobierno en Nueva RumasaNueva Rumasa ha protagonizado una de las principales campañas de captación de ahorro del público de los últimos años. Ante ella, el Gobierno se ha limitado a dejar la protección del ahorrador en manos de la CNMV, organismo que ha publicado hasta siete comunicados eximiendo su responsabilidad, por tratarse de operaciones no sometidas a su control, y aconsejando a los inversores recabar información en entidades financieras.

Todo ello, dejando al margen el intento del Ejecutivo de forzar la intermediación de los instrumentos financieros, evitado por Nueva Rumasa mediante la utilización de participaciones en sociedades limitadas para captar el ahorro.

Según declaraciones de Elena Salgado, el Gobierno «hizo todo lo que estaba en su mano». Estas declaraciones producen cierto desasosiego. Hay que partir de un hecho. Los inversores minoristas, profanos en materia financiera, se encuentran en una situación vulnerable.

Por esta razón, y con el fin de garantizar la confianza en el sistema financiero, existe una red de seguridad en la que se establece el perímetro de lo financiero que queda bajo control administrativo, se reglamenta la publicidad financiera, y se crean autoridades de protección del consumidor financiero.

Verifiquemos la actuación del Gobierno en estos tres elementos de la red de seguridad. En el año 2005, el Gobierno desdibuja el perímetro de lo financiero al derogar el artículo 26 bis de la Ley del Mercado de Valores que sometía al control de la CNMV toda apelación o captación de ahorro del público.

De forma inexplicable, el Gobierno derogó este precepto, cierre del sistema de protección del inversor. Al derogarlo, dio pie al blanqueo del negocio de Fórum Filatélico y Afinsa. Y dejó la puerta abierta a futuros escándalos. De haber estado vigente este precepto, las emisiones de Nueva Rumasa habrían sido objeto del férreo control de la CNMV.

Por otro lado, el Gobierno no reguló hasta junio de 2010 la publicidad financiera. De la mera lectura de los avisos de la CNMV se constata que la publicidad de Nueva Rumasa era engañosa. Presuponía la existencia de un grupo de empresas, de unas garantías y de un destino de los fondos que no se correspondía con la realidad.

Desde 1988, la Ley habilita a la CNMV para imponer el cese de campañas engañosas o que puedan suponer la desprotección del inversor. Entonces, ¿por qué la CNMV no obligó a Nueva Rumasa al cese de su campaña de pagarés? No lo hizo, tal vez, por exceso de prudencia, porque faltaba la letra pequeña: el Reglamento del Gobierno sobre el control de la publicidad de productos de inversión.

Por último, el Gobierno no ha nombrado al Comisionado para la protección del inversor, que desde 2004 es la autoridad encargada de la protección del consumidor financiero. Esta autoridad sin duda habría reforzado el control sobre las operaciones de captación de ahorro, tanto de Fórum y Afinsa como de Nueva Rumasa.

En lugar de nombrar al Comisionado, lo que ha hecho el Gobierno es hacer desaparecer la figura. En la Ley de Economía Sostenible, pendiente de publicación en el BOE, se deroga la institución del Comisionado y se deja en manos de los supervisores la gestión de las reclamaciones de los consumidores financieros, con el conflicto de interés que supone tratar de atender al mismo tiempo a las empresas financieras y a sus clientes.

Luego el Gobierno sí podía haber hecho algo más en protección de los ahorradores en el caso Nueva Rumasa. Podía haber mantenido el control administrativo de toda captación de ahorro del público, podía haber reglamentado antes la publicidad financiera y podía haber nombrado en su día al Comisionado para la protección del inversor. De haber actuado de este modo, los ahorradores habrían contado con una red de seguridad en protección de sus intereses.

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4 comentarios

  1. Nueva Rumasa se basó en la ley de la cultura del pelotazo española: «todo españolito medio se siente tentado a dar un pelotazo, trabajar poco y cobrar mucho, como ideal de vida.» Así que, ¿a quién han enganchado? Pues a los que les daba igual o no entendían de riesgos, a cambio de un 10%. A los «listos».

  2. No se por qué todo se compara con Fórum y Afinsa, cuándo ahí lo que ha habido es una sobreactuación por parte del gobierno, para liquidar a dos empresas que estorbaban en el mercado.

  3. en forun-afinsa los clientes no habíamos reclamado nada porqué siempre se cumplió con nuestros contratos, no así como rumasa que parece que a proovedores y trabajadores tenian ya deudas con ellos.

  4. Estimo que el mayor problema o deficiencia en este caso, y en otros muchos, es la actuación de los órganos de control del Estado.
    ¿Para qué sirven tantos inspectores de Hacienda si son incapaces de detectar bien las falsedades o bien las enormes insuficiencias de las empresas de ya cierta magnitud, como era este evento?
    Y existe aún menos disculpas para el pasotismo estatal. Pues cualquier medio lerdo, eso sí, si tiene buena voluntad o desea trabajar, conoce que no se pueden abonar los rendimientos de los productos que anunciaba Nueva Rumasa en unos tiempos de intereses muy bajos y economía en recesión, o casi. Amén están los sensibles gastos de publicidad que aompañó a las emisiones de distinta índole.
    Otro tema que se debió investigar era la validez de los avales.
    Ya ha transcurrido un tiempo, y demasiados silencios. Es la hora de contestar contra quién o quienes tienen que reclamar los afectados por Nueva Rumasa. Pero, ¿ lo han preguntado?
    Saludos.