Fernando Zunzunegui

age13 Cómplices del mal GobiernoLa economía de mercado exige para garantizar su buen funcionamiento una ordenación sectorial. Finanzas, energía, telecomunicaciones, son sectores cada vez más complejos. Requieren una regulación y una supervisión.

Las agencias de control sectorial las inventaron los estadounidenses tras la Gran Depresión con la Securities and Exchange Commission (SEC). Esta agencia ha servido de modelo a las comisiones de valores europeas y de buena parte de los países del mundo. Sin ir más lejos la CNMV española sigue el modelo. Otros sectores también se han servido del mismo modelo.

Las agencias reguladoras, para ser efectivas, deben contar con presupuesto, tener delimitadas sus funciones y ser independientes, tanto del poder político como de las empresas que regulan. Deben rendir cuentas ante el Parlamento y estar en permanente contacto con los usuarios de los servicios por ellas regulados.

En España, la ley regula estos entes y marca sus funciones, su capacidad de auto-organización y su independencia. Tienen en general un buen estatuto. Lamentablemente, los partidos políticos llegan a pactos ilegales para renovar por cuotas sus órganos rectores, eliminando su independencia.

La degradación de organismos como la CNMV es patente. Carecen de autoridad y se alejan cada vez más del cumplimiento de sus objetivos, garantizar el buen funcionamiento del mercado y la protección de los usuarios.

La sociedad civil debe reaccionar frente a esta ocupación por intereses partidistas de una de las principales instituciones del Estado. Y lo está haciendo. Por citar un ejemplo, en un valiente artículo publicado en Expansión bajo el título “Las Comisiones Reguladoras, una vergüenza”, el catedrático Gaspar Ariño Ortiz, Miembro del Foro de la Sociedad Civil, denuncia la situación. Al margen de los académicos, de los expertos sectoriales, políticos de segunda fila ocupan los órganos de gobierno de los reguladores. Estos organismos pierden autoridad y se convierten en cómplices del mal gobierno de nuestra sociedad.

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2 comentarios

  1. La supervisión debe acentuiarse en los contratos de las constructoras y, sobre todo, en las modificaciones que se realizan con la obra ya comenzada.

  2. El pasado 29 de sept. (vean el comentario) advertí de los reformados de las Obras Públicas que el Estado saca a concurso.
    Ayer, 5 de noviembre, Bruselas toma cartas en el asunto para erradicar esta «cooperación» del Estado con las grandes constructoras.
    Si se termina con esta práctica, y con la de adjudicar la obra a alto precio a los «amigos», se habrá dado un gran paso para eliminar la corrupción de esta España.

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