Fernando Zunzunegui

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cajas de ahorro ¿Qué son las cajas de ahorro?Las cajas de ahorro son empresas que compiten con los bancos en el mercado del crédito. Nacen en el siglo XIX vinculadas a los Montes de Piedad para fomentar el ahorro y combatir la usura con una finalidad benéfico-social. Pero han evolucionado hacia su conversión en empresas bancarias. Ejercen como los bancos la actividad bancaria aunque sometidas a ciertos límites operativos al tener que destinar parte de sus excedentes a la obra social. Pero incluso este elemento de la obra social ha dejado de ser rasgo diferenciador de las cajas frente a los bancos. También los bancos dedican parte de sus excedentes a actividades sociales, calificadas en la actualidad de actividades de responsabilidad social corporativa (RSC), como las de promoción de la cultura que realiza el Banco de Santander a través del portal Universia.

Las cajas de ahorros son fundaciones que se dedican a la actividad bancaria. En esto se distinguen de los bancos que son sociedades anónimas. El Tribunal Constitucional prefiere calificarlas de “entes de carácter social”, con el fin de justificar la intervención política en el nombramiento de los órganos rectores de las cajas. Según el Alto Tribunal las cajas son entes de carácter social que operan con dinero del público lo cual justificaría la intervención. Pero también los bancos operan con dinero de los demás y nadie se plantea la intervención política en el nombramiento de los consejeros de este otro tipo de entidades bancarias.De forma recurrente leemos en la prensa que las cajas están politizadas. Están vinculadas a partidos políticos y sindicatos, lo cual hace surgir conflictos de interés de difícil solución. Por ejemplo, dan créditos en muy buenas condiciones al partido que controla la caja. Para hacer frente a este problema, partidos y sindicatos tratan de llegar a acuerdos para la despolitización de las cajas. Por citar el último alcanzado a nivel autonómico, en Castilla y León se ha llegado a un acuerdo entre fuerzas políticas y sindicales para «despolitizar el gobierno de las entidades de ahorros» y «contribuir a una gestión eficaz, profesional, solvente y ética, potenciando el carácter profesional de sus órganos de dirección y gestión, preservándolos de cualquier tipo de interés ajeno a la actividad profesional de la Caja». ¿Se imaginan ustedes un acuerdo de este tipo haciendo referencia a Santander o BBVA? El control político ha favorecido la consolidación territorial de las cajas, que han ganado cuota de mercado frente a los bancos, pero ha venido a limitar su autonomía y, lo que es peor en el actual momento de cambio de ciclo económico, compromete su futuro más inmediato. Las cajas quieren crecer, quieren fusionarse con cajas de otras comunidades autónomas, quieren ampliar sus recursos propios, quieren operar en el exterior pero ven limitadas sus posibilidades de actuación por su forma jurídica y su dependencia política. Sus negocios se concentran forzosamente en el territorio de las comunidades autónomas de origen, en las que tienen su domicilio social.

El buen funcionamiento del mercado del crédito exige crear unas condiciones equitativas para la competencia entre las distintas categorías de empresas bancarias. Bancos y cajas deberían contar con un estatuto similar que garantizase una correcta y leal competencia. En este sentido deberían desaparecer aquellos privilegios fiscales que distorsionan la competencia y se debería garantizar la independencia de estas empresas ante las injerencias del poder político. La excelente labor del Banco de España ha permitido asegurar la gestión profesional de las cajas y su solvencia. Se han evitado así situaciones de dificultad. Pero que no hayan existido en el pasado crisis importantes en el sector de las cajas no significa que podamos bajar la guardia.

Para competir en un mercado global las cajas deberían reforzar su autonomía y utilizar formas jurídicas reconocibles internacionalmente. La solución a la concentración de riesgos de las cajas en determinado territorio y en ciertos negocios, como el inmobiliario,  no es la de «apretar los dientes como en otras ocasiones», sino la de incorporarse a una economía globalizada adoptando un estatuto, el de la sociedad anónima cotizada, reconocible en los mercados internacionales y que resuelve buena parte de sus problemas. La transformación de las cajas en sociedades anónimas resolvería de un plumazo el mal endémico de su politización. Como sociedades cotizadas de amplia base social bien podrían contar con consejos de administración con una mayoría de independientes. Por lo demás, bajo su nueva forma de sociedades anónimas, podrían fusionarse, sin tener que contar con el beneplácito de los políticos autonómicos, y podrían crecer en el exterior, diversificando sus negocios y compensando la concentración de riesgos con las nuevas inversiones.

La conversión de las cajas en sociedades anónimas no tendría porqué suponer su desaparición como modelo particular de negocio bancario. Todo lo contrario, sería un espaldarazo definitivo hacia la modernidad. Con el cambio de vestidura ganarían en independencia y en transparencia y sobre todo en oportunidades de negocio.Se ha dicho que las cajas no pueden seguir el camino hacia la desmutualización aplicado por Mapfre. Esto es cierto en parte. Las cajas no son mutuas, son fundaciones. Pero esta diferencia, no es una dificultad para su conversión en sociedad cotizada. Todo lo contrario, dado que no hay mutualistas y que las cajas son propiedad de la fundación, la oferta pública de acciones previa a su negociación en Bolsa podría realizarse entre el público de forma más libre y transparente. No hay aquí mutualistas a quienes destinar las acciones emitidas.

Publicado en Expansión.

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4 comentarios

  1. II. LAS CAJAS DE AHORRO CATALANAS

    Y NARCÍS SERRA I SERRA.

    Rafael del Barco Carreras

    Decía que a las hipotecas y créditos basura les siguen unas inversiones que no tienen más explicación que añadir cargos y dietas millonarias al político-banquero. Suficiente para despedirle, pero a él que despide a su director general y un buen número de jefes (despidos remuneradísimos), no está claro si alguien pudiera cesarle, al igual que cuando de Vicepresidente del Gobierno tuvo que cesar por espiar ilegalmente al REY o a todo quien se le cruzara en su psicosis de PODER. Y ahora, en ese reparto entre cuatro del quebrado Monopoly, se cierran unas operaciones que cualquiera con una libreta de ahorro en la mano debiera ir a los juzgados a pedir que le explicaran esos juegos con su dinero. Me refiero a la leída operación en EL CONFIDENCIAL de fecha 19-08-08

    “Forzada a desinvertir de forma acelerada para reforzar su posición de liquidez, Caixa Catalunya se dispone a desprenderse del 1,65% que actualmente controla de Repsol YPF a través de la sociedad de cartera Repinves, donde la entidad comparte accionariado con La Caixa. Repinves es titular del 6,1% del capital de Repsol, el 4,45% del cual pertenece a La Caixa y el resto, el citado 1,65%, a la entidad que preside Narcís Serra.

    En estas circunstancias, está claro que el comprador de ese paquete solo puede ser La Caja de Pensiones de Barcelona, La Caixa, que de esta forma aumentaría su presencia en la petrolera hasta el entorno del 16,5%. De acuerdo con las fuentes, la discrepancia se centra ahora mismo en el precio, a cuenta de la depreciación sufrida por los títulos de Repsol en los últimos tiempos.

    La petrolera cerró ayer a 18,79 euros, mientras que, de acuerdo con las fuentes, los gestores de Caixa Catalunya “quieren 25 euros por acción”. A precios de ayer, el 1,65% de Repsol vale en torno a los 380 millones de euros. Las fuentes insisten, no obstante, en que “el acuerdo podría quedar cerrado la próxima semana”.

    No entiendo. Alterar el precio de las cosas, administración fraudulenta. El artículo asegura que ese paquete no varía la posición de la compradora CAIXA en REPSOL IPF, o sea, que no le interesa para nada, y con la BOLSA turbulenta y a la BAJA solo un loco compraría un 25% más caro. Y menos a alguien con necesidad de vender.

    Si ISIDRE FAINÉ, Presidente de la CAIXA, iniciado en el oficio en BANCA CATALANA, hecho que olvida en su largo currículo bancario publicado en Internet, admite el pasteleo, él sabrá. El cargo más importante de CATALUÑA, elegido por el dedo de vete a saber quien, en teoría no tiene porqué dar tres cuartos al pregonero, pero pudiera ser objeto de las oscuras y habituales astucias de su socio SERRA, que lo mismo induce a la Caixa a perdonar al PARTIDO mil millones de pesetas negociados por MONTILLA, que a comprar más caro de lo lógico FENOSA para GAS NATURAL, donde también se sienta SERRA (TRES BILLONES DE PESETAS) o esta oscura operación de REPSOL.

    ¿Porqué perderá siempre la CAIXA?… a mi solo se me ocurren “aplicaciones de tercer grado”, como las que le aplicarían los “hombres de Serra” a Javier de la Rosa cuando yo permanecía tres años preventivo en prisión a petición e insistencia de SERRA. O eso, o peores pasteleos entre socios manejando dinero ajeno y público… Ver http://www.lagrancorrupcion.com

    Si en mi anterior escrito sobre el ambicioso personaje decía que pretendía la Presidencia de la CAIXA, la grande, puede que de FACTO lo sea…pues le marca LOS PRECIOS DE SUS ACTIVOS e INVERSIONES… o sus “obras sociales”… ¡La palabreja “social” arrastrada por todos los barros!